Cristián no iba a cuestionarla nada, solo quería preguntarle a dónde se iba Chloe y cuándo podría recuperarse.
Desde ayer hasta ahora, Mauricio le había estado acompañando.
Ya lo tenía claro, Ya sea que quisiera redimir sus pecados o arrepentirse, tenía que esperar a que se recuperase Chloe. Si obligaba a Chloe a que lo perdonase ahora, solo aumentaría sus problemas y afectaría a su recuperación. Ahora, su único deseo era que Chloe pudiera recuperarse tanto de la salud como del rostro.
—Estoy muy sobrio.
Cristián sonrió amargamente, miró a Mauricio que vino a cogerle. Le dio una palmada en el hombro sin decir nada.
Entre los hombres, una mirada era suficiente.
Mauricio también lo cogió por los hombros y le consoló:
—Me alegra que hayas entrado en razón.
Estaba muy preocupado por Cristián estos días. Ahora que vio que se tranquilizó, se sintió relajado.
—Cynthia.
La voz de Cristián era un poco baja, se sentía culpable delante de Cynthia.
Cynthia lo miró y supo que seguramente ya lo había entendido, y dijo:
—No te preocupes, te diré dónde está después de que se cure.
Cristián asintió con la cabeza y dijo solemnemente:
—La dejo en tus manos, cuñada.
—No te preocupes, cuidaré de ella.
Fue un gran consuelo para Cynthia al ver a Cristián así.
—Durante este tiempo, ajústate.
Cynthia dijo sutilmente.
Cristián sabía lo que Cynthia quería decir y dijo:
—Elisa fue mi primer amor. Cuando apareció de repente, me puse nervioso. Y por eso pudo tener la oportunidad de lastimar a Chloe. Sé que todo esto es por mi culpa. Cuando mejore, le suplicaré por perdón.
Cynthia no quería interferir en su relación.
Una relación era cosa de las dos personas, y los terceros solo podían aconsejar, no decidir.
—Cuando se mejore, hablad vosotros mismos.
Cynthia dijo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!