Amalia tenía un poco de curiosidad por saber cuál era la sorpresa que le decía Andrés, pero no preguntó por ello, ya que era una sorpresa, debía ser algo inesperado.
Los dos salieron de la casa de los Mercedes, en ese momento se acercó un Jeep. Diego salió del auto y arqueó una ceja al ver a Andrés.
—Mario, ¿has vuelto?
Andrés asintió sonriendo.
—¿Vais a salir?
Diego preguntó.
Amalia asintió.
—Hace mucho que no quedamos, ahora que está libre me ha invitado a salir.
Normalmente no interferiría que Amalia saliera a divertirse con Andrés, pero ahora no podía dejarlo pasar.
Había hecho que la gente difundiera la noticia de que Cynthia era una asesina, por eso había un alboroto con ese tema. Ahora mismo era el momento perfecto para que Elio metiera presión a Alain. Había regresado para llevarse a Amalia a la casa de los Bezos.
—Hoy no puedes salir con Mario. He quedado con Elio para llevarte a su casa.
—¿A mi casa?
Andrés entró en pánico. Estaba a punto de sacar a Amalia sin problemas, pero surgió algo que le interrumpía los planes.
«No, tengo que llevarme a Amalia».
—Creo que es mejor que Amalia y yo no nos metamos en una quedada de los adultos. Amalia, vámonos.
Mientras lo decía, Andrés tomó a Amalia por los hombros para irse.
Después de haberse quedado en casa durante unos días, Amalia también tenía ganas de salir.
Así que no dijo nada.
—Amalia.
Diego la detuvo.
—¿No escuchaste lo que dije?
Amalia se detuvo para mirarlo.
—Papá.
—Diego, Amalia y yo llevamos mucho tiempo sin vernos. Solo vamos a salir un rato. Luego la enviaré de regreso sana y salva.
Al decir esto, a Andrés se le pasó una idea: «¿Podré traer a Amalia sana y salva de regreso? ¿Cuál es el propósito de Alain pidiéndome que sacara a Amalia?».
En ese momento, Andrés se dio cuenta de que este asunto no solo tenía algo que ver con la familia Mercedes, su padre también debería estar enterado.
—Bueno, si tu padre insiste, no vayamos. Justo también tenía que pasarme por casa, vamos juntos a mi casa.
Andrés parecía no saber nada.
Diego guardó silencio por un momento antes de decir:
—Pues vamos juntos.
No era asunto suyo que Andrés estuviera enterado o no, era asunto de Elio.
La casa de los Mercedes y la casa de los Bezos se situaban en la misma comunidad, no era necesario conducir un coche, con atravesar un parque de la comunidad se podía llegar.
Diego caminaba por delante. Andrés iba por detrás junto con Amalia, tiró de Amalia para que caminara más despacio.
—¿Qué estás haciendo?
Andrés le tapó la boca.
—¡Shh!
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