¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 536

¿Qué tan atractiva sería una mujer que podía hacer que Alain y su tío se enemistaran?

—Señor Norberto, ¿qué piensa hacer?

Preguntó Santiago.

Santiago era la mano derecha de Norberto, el gerente que había entrado en la cárcel también lo era, pero ahora solo quedaba a Santiago como hombre de confiar.

Norberto se dio cuenta de que lo estaban utilizando y que casi se vio involucrado en el caso de Elio, por lo que le pidió a Santiago que investigara a Alain en secreto.

Aunque no consiguió averiguar qué tipo de rencores tenían Alain y Elio, averiguó algo sobre Cynthia.

—Tenía la intención de cooperar con él sinceramente, pero me engañó, me usó y casi me involucró en un delito, por su culpa mi padre me ha echado una buena bronca. ¿Se cree que soy tan fácil de intimidar?

Norberto movió los labios, se quitó el traje y miró a Santiago.

—Quiero conocer a la mujer de Alain, a ver qué encanto tiene esta mujer que puede hacer que se enemiste con su tío.

Santiago bajó la mirada.

—¿Qué planea?

—¿Qué tal si le tendemos una trampa en la que hago de héroe salvándola?

Norberto sonrió como maquinador.

Santiago comprendió de inmediato. Si no era capaz de entender lo que su jefe pensaba, no se habría convertido en su mano derecha.

Después de pensar un rato, maquinó un plan en mente, luego empujó la puerta para salir del auto, caminó hacia Cynthia y se paró junto a ella.

Como se paró demasiado cerca, Cynthia se alejó un paso de él. Santiago se le acercó unos pasos más, mientras ella tenía la guardia baja, la agarró de la muñeca y sonrió como un pervertido.

—Guapa, ¿a dónde vas? ¿Te llevo?

Cynthia estaba tan asustada que su rostro cambió por un momento, luchó con fuerza para librar su muñeca, y gritó con severidad:

—¡Suéltame!

—No te alteres. Como te he visto sola, pensé que necesitabas compañía.

Santiago parecía todo un pervertido cuando trató de abrazarla.

Cynthia se hizo a un lado para escapar de su toque. Se obligó a calmarse. No se atrevía a pelearse con él de verdad porque estaba embarazada. Después de todo, la fuerza del hombre superaba a la fuerza de la mujer, si hacía algún movimiento fuerte, tenía miedo de lastimar al bebé.

—¡Si no me sueltas gritaré auxilio!

—Es tu honor de que te haya elegido, venga, sígueme...

Santiago actuó como si quisiera llevársela. En ese momento Norberto apareció repentinamente y pateó a Santiago, para que la actuación pareciera real, Norberto lo pateó con mucha fuerza.

Santiago retrocedió unos pasos. Norberto tenía toda una pinta del héroe de la justicia, agarró a Santiago y volvió a golpearle.

—Gente como tú han contaminado la sociedad.

Como Norberto estaba pegando de verdad, Santiago puso expresión de adolorido, pero aun así gritó:

—¿Sabes quién soy? ¿Cómo te atreves a meterte en mis asuntos?

—Me importa un bledo quién eres. No te perdonaré simplemente por hacer de cabrón delante de mí.

Con eso dio un puñetazo a Santiago, pero su puño no hizo ningún esfuerzo.

Norberto le guiñó un ojo a Santiago para indicarle que le golpeara.

Cynthia sentiría pena y agradecimiento por él cuando sufriera heridas, solo de esa manera conseguiría acercarse a ella.

«¿La mujer de Alain? A ver lo que tiene esta mujer que hasta ese hombre insensible de Alain ha sido seducida por ella. Mejor si consigo ponerle los cuernos. Además, todavía no he probado eso jugar con mujeres embarazadas».

Santiago no se atrevió, vaciló por un momento.

Norberto lo fulminó con la mirada para que se diera prisa y no perdiera el tiempo. Santiago tragó saliva, cerró los ojos y le dio un puñetazo en la cara a Norberto.

Norberto dio un paso atrás por el golpe. Santiago aprovechó la oportunidad para echarse a correr. Ya era suficiente para que Norberto y Cynthia tuvieran motivo de conocerse, si se alargaba esto, no sabrían cómo llevarlo a cabo.

Sin embargo, lo que no esperaba fue que cuando se dio la vuelta, recibió una patada en el pecho y su trasero golpeó el suelo.

Elijah se quitó las gafas de sol enojado.

—Chaval, te estás buscando la muerte.

Santiago estaba un poco aturdido, le dolía el pecho por la patada, no pudo hablar en un buen rato.

Elijah tampoco se esperaba que de repente apareciera alguien destruyendo su plan.

—Enviémoslo a la comisaría.

Cynthia dijo a la ligera. Mientras Norberto estaba enfrentándose con Santiago, ella llamó a Elijah y a la policía.

Santiago enseguida miró a ver a Norberto, las cosas no parecían ir según lo planeado, ¿por qué apareció este hombre de repente? Además, ¿por qué llegaron al punto de ir a la comisaría?

Elijah dio un paso adelante y volvió a patearlo, sintiéndose cabreado. Santiago se acostó en el suelo con dolor. Elijah era fuerte, mucho más fuerte que el señorito de Norberto.

Norberto no intercedió por Santiago, de todos modos, no era nada grave, como mucho lo educarían un poco en la comisaría, luego iría a sacarlo pagando la fianza.

Lo importante era no hacer esta actuación para nada.

Se acercó Cynthia para mostrar preocupación.

—¿Estás bien?

Cynthia le hizo una reverencia.

—Muchas gracias por tu gesto.

—Ese detestable no es digno de vivir.

Norberto sonrió, tirándose de la comisura de la boca y siseando.

Cynthia preguntó con preocupación:

—¿Estás bien?

Norberto negó con la cabeza y se tocó la comisura de la boca.

—No pasa nada, solo es una pequeña lesión.

En ese momento, un coche policial blanco se detuvo a un lado de la carretera y dos policías uniformados bajaron a preguntar:

—¿Qué pasó? ¿Quién llamó a la policía?

Elijah se acercó.

—Yo.

Era mejor que él lidiara con este tipo de cosas. Cynthia no conocía la situación de la ciudad. Él llevaba mucho tiempo en la Ciudad C, conocía a mucha gente, podía lidiar un asunto como este fácilmente. Señaló a Santiago que estaba tirado en el suelo y lo acusó de robar.

—Esta persona robó a plena luz del día.

Santiago:

—...

«Si no he robado nada».

—¿Qué disparates estás diciendo? No he robado nada, ¿qué te he robado?

Santiago pensó, «¿Cómo puede haber alguien más descarado que yo? Si ya me ha dado un montón de patadas, ¿aún no se me ha pasado el dolor y ahora me acusa de robo?».

Elijah lo ignoró, se limitó a llevarse a los dos policías a un lado para hablar, no se sabía lo que decían, solo se vio a los dos policías asentir una y otra vez.

Santiago se levantó silenciosamente, tratando de huir cuando no estaban prestando atención, pero en cuanto se levantó, los dos policías se dieron cuenta y se acercaron para atraparlo.

—Acabas de robar a plena luz del día y ahora encima quieres huir. No hay nada más que decir, la evidencia está clara, ven con nosotros a la comisaría a pasar por una investigación.

Santiago:

—...

—Pero si no he robado nada.

—Tienes que venirte a la comisaría con nosotros.

Dos policías lo metieron en el auto.

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