Alain no entendió lo que quería decir con esta frase, «¿Por qué de repente me ha preguntado algo así?».
Él bajó la mirada hacia ella.
—¿Eh?
Cynthia lo miró, estaban tan cerca que incluso sus respiraciones estaban entrelazadas. No se había afeitado porque aún había barba en su barbilla. Cynthia extendió la mano y tocó su barbilla, aunque no pinchaba mucho, no era tan delicado como su cara.
—¿Crees que debo cambiar mi apellido?
En realidad, no quería cambiarlo. Tomó a pecho las palabras de Alejandro. No quería pensar en Elio, Fernanda o Miguel. Solo quería llevar una vida en paz con Alain.
Ella se metió más en sus brazos, su rostro estaba pegado contra su pecho, podía escuchar los fuertes latidos de su corazón.
—Tú eres tú, no importa cuál sea tu apellido.
Alain sabía que, si quisiera cambiar su apellido, lo habría cambiado con tiempo.
Era hija de Fernanda y Miguel, la descendencia de sus vidas. El apellido no cambiaba la sangre que fluía en su cuerpo.
Sostuvo su delicado cuerpo con fuerza en sus brazos, no quería que ella se rayara tanto con las cosas del pasado.
Cynthia entendía lo que le quiso decir, «Sí, seré la misma con cualquier apellido, el apellido no importa». Después de escucharlo, sintió que salió de su dilema.
Ella puso sus brazos blancos alrededor de su cintura.
—Cuando te dejé estaba triste. Te extrañé mucho durante este tiempo. Me he sentido culpable por ti hasta ahora, pero no quiero que otras cosas se entrometan en el amor que siento por ti. Por eso, no me sentiré culpable por ti en el futuro, solo quiero amarte de forma más simple.
Y vivir juntos una vida simple, sin rencores.
Alain bajó la cabeza y la besó en la frente, no movió sus labios de allí, solo se limitó asentir con «sí».
—¿A dónde te gustaría ir?
Su voz era demasiado baja, sonaba un poco vaga.
Pero Cynthia escuchó con claridad.
—¿Por qué lo preguntas?
—He pensado que podemos irnos de luna de miel después de que hayas dado a luz.
La miró muy seriamente, sus ojos brillaban profundamente, y con su voz gentil le dijo al oído:
—Tengo muchas ganas de ver cómo te ves con un vestido de novia, seguro que estarás hermosa.
Cynthia lo agarró por el cuello, quejándose:
—No me acompañaste a tramitar el certificado de matrimonio, no hemos hecho fotos de boda y tampoco hicimos los juramentos.
Tenían un certificado de matrimonio. Alain hizo algunos arreglos para que Henry la llevara a tramitarlo. No había ni una foto en el certificado de matrimonio, lo cual era extremadamente informal.
Alain:
—...
No tenía el poder de ver el futuro, si supiera que ahora estaría tan enamorada de ella, definitivamente se habría casado con ella en la boda más grandiosa del mundo.
Estaba por decir que podían hacer una boda, pero el teléfono de Cynthia sonó, interceptando lo que quería decir.
Cynthia estiró la mano para tomar su bolso, pero Alain la tomó de la mano.
—No hagas nada aparte de quedarte conmigo.
A Cynthia le parecía gracioso lo que decía, pensó que era un hombre infantil que se comportaba como un niño. Era tan infantil que le daba pena negarse.
El tono de llamada del teléfono sonó así hasta que dejó de sonar, Cynthia se rio y dijo:
—¿Contento?
El hombre arrogante no habló. Envolvió a los dos con una fina manta. Su mano levantó la falda de Cynthia. Esta se mordió el labio, su cuerpo se puso un poco tensa mientras jadeaba.
—Ahora es de día.
—Lo sé.
Lo sabía, pero realmente la extrañaba, también era un mortal, un mortal con un cuerpo humano.
Tomó la mano de Cynthia y la colocó en la hebilla de metal del cinturón.
—Desabróchamelo.
La cara de Cynthia estaba sonrojada, su respiración se hacía cada vez más rápida, torpemente empezó a desabrochárselo con las manos, pronto se escuchó un clic, parecía que el ambiente de la habitación había llegado a su clímax con este sonido.
Cuando los dos se besaron apasionadamente, el celular de Cynthia volvió a sonar. Los dos se detuvieron al mismo tiempo, pero optaron por ignorarlo.
Sin embargo, esta vez la llamada no se desconectó después de no recibir respuesta como la última vez, en cambio sonó continuamente, parecía que iba a seguir llamando hasta que alguien contestaba.
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