Al terminar de hablar, Cynthia se volvió y se preparó para irse.
—¿Cómo se llama tus hijos?
Justo cuando Cynthia se dirigía a la puerta del dormitorio, una voz masculina juguetona sonó detrás de ella:
—¿Alex, Alessia?
Antes de llegar a la Nación A, ya obtuvo de Henry la información detallada sobre la vida de Cynthia durante los últimos años.
Lo que le sorprendió fue, resultó que esta mujer dio a luz a un par de gemelos.
Y eran muy hermosos.
Cynthia hizo una pausa. Se dio la vuelta y le miró fijamente sosteniendo sus propias manos con fuerza. Cuando se encontró con Henry, ya supo que Henry la estaba investigando.
Pero no esperaba que Henry lo investigara tan rápido.
—Si necesitas que regrese para completar el certificado de divorcio contigo, puedes decirlo claramente que estoy dispuesta en hacerlo y no obstaculizaré tu felicidad. Pero si me amenazas así, ¿no crees que eres demasiado acosador?
El cuerpo de Cynthia temblaba y estaba muy enojada.
Alain estaba inmóvil tumbado en la cama, tenía los brazos apoyados en la frente y los ojos cerrados.
No decía ni una palabra.
Parecía estar extremadamente agotado.
Cynthia se quedó en la puerta y no se atrevió a irse, quién sabría qué haría esta persona para lastimar a sus hijos.
Después de todo, ahora sabía todo sobre ella.
—Tengo sed.
Después de mucho tiempo, Alain habló lentamente, pero no abrió los ojos.
Cynthia le miró enojada, pensó que era mejor que muriera de sed.
Alain se dio la vuelta y le dio la espalda a Cynthia. Los ojos que estaban cerrados se abrieron lentamente y su rostro estaba lleno de fatiga.
—¿Quieres asesinar a tu marido por deshidratarle?
Cynthia estaba enfurruñada.
Se dio la vuelta para coger agua y le pasó el vaso.
—Toma.
—Quiero que me sirves tú.
Alain se dio la vuelta y miró a la mujer parada junto a la cama y que estaba soportando su ira.
Debido a su enojo, sus mejillas se enrojecieron y estaban ligeramente abultadas. Parecía un hámster enojado y se le veía muy mona.
Alain no pudo evitar reír, pero esta risa, al llegar a los oídos de Cynthia, se convirtió en una burla.
—¡Alain, que te den!
Cynthia le arrojó encima el vaso de agua. El agua tibia del vaso se balanceó en el aire y se derramó erráticamente sobre él. El agua no molestó, pero lo terrible fue que, el lugar donde cayó el vaso… justo era donde estaba su herida.
En el momento en que se cayó el vaso de agua, él resopló.
En el interior de la camisa empapada por el agua, mostró de color rojo.
Cynthia se quedó atónita por un momento. No sería tan insoportable al dolor, ¿no? Un vaso de agua, no le dolería mucho, pero parecía que estaba sufriendo.
—No finjas.
Cynthia fingía estar tranquila.
Alain estaba tumbado de espaldas, inmóvil y silencioso.
La mirada de Cynthia se dirigió a él lentamente y, sin darse cuenta, cayó sobre el color rojo de su camisa blanca. Ella frunció el ceño, ¿por qué su pecho era de color rojo?
Se inclinó, tratando de ver de qué era el rojo.
Al estar cerca, y encima que su camisa estaba empapada en agua, Cynthia pudo ver claramente la venda envuelta alrededor de su pecho.
—¿Por qué estás herido? —Preguntó Cynthia impotentemente.
Alain abrió los ojos y miró fijamente la reluciente lámpara de cristal del techo.
Frotó la manta con sus dedos.
Simplemente no quería deber demasiado a Yaiza.
Él la falló.
Aunque era muy mala, no se podía negar que tenía una cosa buena. Después de todo, después de tantos años, le tenía un poco de cariño.
Pero este sentimiento no tenía nada que ver con amor, era moralidad y responsabilidad.
Como las palabras que le preguntó Yaiza.
¿Se podía comprar con dinero tantos años de juventud?
Sus largas y espesas pestañas temblaron levemente. La miró y un rastro de seriedad apareció en sus ojos:
—Si te dijo que fue por ti, ¿lo creerás?
Los labios de Cynthia se fruncieron con fuerza. Parecía que había visto seriedad en sus ojos.
Pero pensándolo bien, no encajaba, ¿cómo era posible que le tratara con seriedad?
¿Cómo le podría gustar a una mujer que había dado luz a dos niños?
Ilusión, debería ser una ilusión.
¿Y qué tenía que ver su herida con ella?
Encima, se casaría con Yaiza. ¿Creía que era tonta o qué?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!