un hospital grande como este, tenía que hacer la cola para inscribirse en el servicio médico. Había menos gente por la noche. Ellos aparcaron el coche, entró por el edificio del departamento de hospitalización y cogieron el ascensor directo.
Cristián estaba lejos de ellos dos.
Mauricio le preguntó, —¿Tenemos la enfermedad contagiosa? ¿Quedas tan lejos de nosotros?
Cristián se río, —No tenéis enfermedad pero sois tóxicos.
Luciana estuvo cogiendo el brazo de Mauricio todo el tiempo en el supermercado, también cuando cogió el ascensor.
Mostró la felicidad entre ellos...
No sólo causó el dolor de dientes, también de los ojos. Pero sólo pudo envidiar a ellos.
Luciana se rio.
Cristiánla echó un vistazo, —¿De qué te ríes?
Luciana, —No es ilegal de reirme.
Cristián, —...
Esta chica, era una decidera.
Con un sonido, la puerta del ascensor se abrió y Cristián salió primero.
Mauricio dijo en voz baja, —Niñería.
Cristián volvió la cabeza y le miró con enejo. Él fue a decir las palabras suecias si no estaba Luciana.
No tuvo ningún sentido, mostraron las felices antes de él, ¿Le dejó en paz o no?
Sólo supo estimularle.
En el cuarto del enfermo, Cynthia miró a Alain con impaciencia, —Sólo esta vez, me lo permites.
Alain todavía la rechazó, —No, no son saludables.
Cynthia se enfadó y le pataleó con la pie —Vete, déjame en paz.
Alain cogió su tobillo y dijo en voz baja, —Ya está, no te enfades. Vamos a comer otras cosas, te las compro.
—No quiero comer otras cosas, sólo quiero comer Spicy Hot Pot. —ella también supo que no eran saludables estas cosas, pero soy comilón, tengo muchas ganas de comerlo.
Cynthia no era caprichosa fácilmente, pero Alain tampoco tuvo remedio con ella cuando era caprichosa.
—Pido a Vega a cocinarlo para ti, ¿vale? —Alain la palmeó el empeine.
Cynthia negó con la cabeza, —No es el mismo sabor que haceVega.
Alain,—…
Con un sonido de tocar la puerta, Alain tapó sus piernas con la manta. Ella se vestía de una falda, las piernas estaban emergidas por las caídas enrrolladas.
—Voy a abrir la puerta. —Alain se levantó.
Cynthia dejó de ser caprichosa antes de Alain, se convirtió en tranquila.
Ella también entendió cuándo tuvo que pararse adecuadamente.
Además cuando vino alguien, ella también sólo fue caprichosa antes de Alain.
—Venimos a ver a Cynthia.
Alain abrió la puerta, Cristián dijo parándose en la puerta.
Les dejó entrar con la puerta abierta.
—Sabes qué hace Mauricio detrás de nuestra espalda?—Cristián dijo al entrar.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Vuelve conmigo,mi cariño!