Yo nací para quererte romance Capítulo 9

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-Camila es muy maleducada, incluso profiere palabras feas. Obviamente esta señorita bonita no quiere hablar con personas maleducadas -dijo Raúl con calma, pero lo que dijo hizo que Camila quisiera golpearlo.

Porque el niño no solo le dijo maleducada, incluso llamó a la chica desconocida señorita bonita, pero a ella llamó su nombre directamente. Camila no vio nada en Amelia que era más bonito que ella. Pero de hecho sí Amelia era más linda.

Un rastro de sorpresa brilló en los ojos de Amelia. No esperaba que un niño fuera capaz de adivinar lo que quería decir. ¡Tan inteligente era este muchacho! No pudo evitar bajar la cabeza para mirar al niño que estaba hablando, e instantáneamente se sorprendió.

¡Qué niño de apariencia tan exquisita, pero... ¿por qué se parecía tanto a su hijo Nicolás?

-Raúl, no interrumpas en la conversación de los adultos -Diego obviamente estaba un poco enojado. Pues Camila era hija de la familia Fernández, ¿cómo podría ser insultada por este mocoso?

Raúl miró a Amelia tranquilamente. A primera vista le había gustado esta mujer. Porque sus ojos eran muy suaves, llenos de amor maternal.

Daniel obviamente no esperaba que su hijo hablara. En su impresión, su hijo rara vez hablaba. Incluso hablaba muy poco con él, que era su padre. Sin embargo, el niño había hablado tanto por esta mujer, esto era algo inesperado.

Por eso Daniel frunció sus lindas cejas ligeramente, pero luego de un instante recuperó su tranquilidad.

-¡Señorita bonita, no creo que seas bienvenida aquí! -Raúl dijo de repente echando una mirada a Sonia y Camila, luego sonrió fríamente. Su sonrisa era igual que la de Daniel.

Camila sonrió inmediatamente. Por fin ese mocoso dijo algo bonito.

-Sí, no eres bienvenida aquí, en absoluto -Camila inmediatamente se volvió arrogante. Ahora incluso este niño se había puesto a su lado, no creía que Amelia pudiera seguir siendo arrogante por más tiempo.

Diego miró fríamente todo esto frente a él. Él conocía bien a Raúl. Raúl era como Daniel, que nunca sabía dar espacio a los demás. Heredó todo de Daniel, incluso su indiferencia.

Amelia acarició la cabeza de Raúl. Ella parecía haber fallado realmente. Pues incluso un niño podía descubrir que ella no era bienvenida aquí.

-Aunque todo el mundo no me da la bienvenida, es suficiente que una persona me la dé -Después de decir eso, Amelia miró a Daniel. Los ojos se encontraron, y los dos sonrieron con calma.