Julieta estaba molesta, tirada en la cama con los ojos cerrados.
Nunca imaginó que él volvería y menos aún que la buscaría en cuánto regresara.
Se revolvió en la cama hasta altas horas de la madrugada, cuando finalmente se quedó dormida.
Después de un rato, el ruido de afuera comenzó a crecer…
Los gritos de las chicas resonaban y el sonido de la gente corriendo en el pasillo se hizo más fuerte. Julieta molesta, se cubrió la cabeza con la manta.
A pesar de eso, el ruido no disminuyó para nada. Sentía como si todo el edificio estuviera temblando.
El sonido de un helicóptero resonó y Julieta se quedó perpleja, ¿era su hermano mayor el que había llegado?
Levantó la manta, bajó de la cama y abrió las cortinas. Junto con la luz del sol, cayeron pétalos de la flor azul mágica.
Los pétalos azules flotaban en el viento, todo a su alrededor se volvió mágico.
Los gritos de las chicas podían escucharse en todos lados.
"¡Dios mío, es tan romántico! ¡Una lluvia de pétalos!"
"¿Está algún millonario proponiendo matrimonio?"
"¡Ojalá mi novio también me sorprenda así!"
"¡Qué buen novio, yo también quiero uno así!"
Julieta bostezó, estaba a punto de irse cuando un montón de globos de colores aparecieron frente a su ventana, debajo de los globos había una nota que decía: Julieta, me gustas.
Al ver esas palabras, el corazón de Julieta latió más rápido.
Antes de que pudiera reaccionar, montones de globos idénticos comenzaron a ascender, cada uno con la misma nota.
Su teléfono sonó en ese momento, lo cogió y vio un mensaje de un número desconocido: Julieta, cásate conmigo.
Al ver el mensaje, Julieta frunció el ceño y respondió: "Deja de soñar, no me voy a casar contigo, me das asco".
El número desconocido respondió: "Eres muy traviesa".
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