Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 114

“Pero… estás usando…”.

Solo en ese momento se dio cuenta que el atuendo que estaba usando era el mismo que había usado el día anterior para cenar con su abuelo.

“Si yo fuera el Jin que ella conoce, no sería capaz de costear y usar cosas como esta”.

“Sin embargo, después de todo lo que pasamos anoche, ya no quiero esconder más mi identidad. Después de todo, tarde o temprano tendré que decirle quién soy en realidad. Si lo hago ahora, solo será un poco antes de lo planeado originalmente.

“Y una vez ella conozca mi verdadera identidad, será más fácil para mí tomarla bajo mi protección”.

“Aunque esté vestido diferente, sigo siendo Jin, ¿verdad?”, preguntó él con una ligera sonrisa mientras la miraba.

En ese momento, aún si Ling Yiran había sido una idiota, debía ser capaz de sentir que algo estaba mal. Ella se dio cuenta que habían algunas cosas que no eran como las había imaginado originalmente.

“¿No eres un indigente?”.

“No lo soy”, confesó él.

“Entonces… ¿por qué pretendías ser un indigente?”. Un sentimiento de haber sido engañada se alzó en ella y ella lo miró con furia. Sus dos manos se apretaron con fuerza al cobertor de la cama y sus dedos temblaron ligeramente.

“El hermano menor quien yo pensé que era inocente y no tenía a nadie de quien depender no es para nada lo que yo pensé. Fue mi propia ilusión de principio a fin”.

“Es justo como dijo Lianyi. No sabía nada sobre él y aún así precipitadamente lo traje a casa”.

“Y si realmente no es un indigente, ¿por qué se estaba quedando conmigo en ese apretado apartamento de alquiler? ¿Qué significan para él los días que pasamos viviendo juntos?”.

Era como si sus piernas se hubieran vuelto de papilla, faltas de energía.

Él estiró sus brazos y la atrapó. “Las drogas en tu cuerpo aún no han salido del todo. Estuviste sufriendo toda la noche de ayer, así que me temo que por ahora no tienes nada de energía”.

Su recordatorio causó que de pronto ella recordara el incidente que había sucedido la noche anterior. “Anoche… fui drogada por Tío y luego… Tío y Segundo Tío me llevaron a la casa del Feng el Tonto”.

El rostro de Ling Yiran palideció instantáneamente. “Después de eso, yo… me cargaron dentro de la habitación de Feng el Tonto. Ellos… ellos cerraron la puerta del cuarto y Feng el Tonto se lanzó hacia mí…”.

“Anoche, yo…”. Sus labios se estremecieron y todo su cuerpo tembló.

Él bajó su cabeza para estudiar a la mujer en su abrazo. “En este momento, ella es justo como un animal pequeño y débil. Se ve tan frágil, como si no pudiera resistir un solo golpe. Es tan endemoniadamente… lastimera”.