Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1205

Con eso, el Señor Qin le dijo a Ling Yiran: "Lianyi está en mal estado. Como puedes ver, nuestra familia está hecha un desastre ahora. Ya estamos de mal humor y esperamos que no aparezcas frente a nosotros. Aunque sabemos que lo que le sucedió a Lianyi esta vez no tiene nada que ver contigo, todavía recordamos lo que Lianyi ha renunciado por ti, así que siempre te guardaremos rencor".

"Yo... lo entiendo", dijo Ling Yiran. Ella nunca había culpado al Señor Qin y a la Señora Qin. A ningún padre le gustaría ver a su hijo sacrificar su futuro prometedor por un amigo.

En ese momento, una enfermera se acercó y le entregó una factura al Señor Qin y a la Señora Qin. "Hemos deducido el depósito de antes. Aún deben algo de dinero, por lo que deben pagar lo antes posible. A Qin Lianyi todavía le faltan dos cirugías más. Y con el costo de la sala de cuidados intensivos y los costos posteriores, sería mejor que los miembros de la familia preparen... más de un millón de dólares".

Escuchar esto hizo que el Señor Qin y la Señora Qin se quedaran con la boca abierta . ¿Más de un millón de dólares? ¡¿Cómo podía una familia corriente como ellos tener tanto dinero?!

"¿Tanto... tanto dinero?", preguntó el Señor Qin con voz temblorosa.

"Eso depende. Debe preguntarle al doctor sobre los detalles, pero más de un millón de dólares es solo el mínimo que necesita. Es posible que el tratamiento cueste más dinero en el futuro", dijo la enfermera.

Después de que la enfermera se fue, el Señor Qin y la Señora Qin pusieron una expresión miserable mientras sostenían la factura.

"¿Qué hacemos? El dinero...", dijo la Señora Qin impotente. Los ahorros de la pareja se reducían a poco más de 100,000 dólares, lo cual era solo una gota en el océano para salvar a su hija.

Sin embargo, si no pagaban, el hospital solo le daría a su hija un tratamiento básico y dejaría de darle sus medicamentos. Solo la mantendrían viva. Si ese fuera el caso, ¿cuánto tiempo podría sobrevivir su hija? Quizás, aunque se mantuviera con vida, solo sería una muerta viviente.

El Señor Qin frunció el ceño. Después de mucho tiempo, parecía haber tomado una decisión. "Si no hay otra manera, vendamos la casa. Podemos vender la casa por más de un millón de dólares".