Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1250

"¿Un vestido?". Ling Yiran estaba sorprendida.

La persona al teléfono contestó: "Sí, es un vestido de dama de honor. La Señorita Qin Lianyi lo ha pagado en su totalidad. Puede venir a buscarlo. La Señorita Qin Lianyi también nos dio su número de teléfono, pero no podemos localizarla".

"Ella está... hospitalizada, por lo que es un inconveniente para ella. Iré a buscarlo", dijo Ling Yiran. Terminó la llamada después de anotar la dirección.

'Vestido de dama de honor...'. Ling Yiran recordó que Lianyi había mencionado que le había hecho un vestido de dama de honor a medida para sorprenderla. Lianyi estaba muy emocionada cuando se lo contó.

Ling Yiran fue a la tienda de ropa de acuerdo con la dirección. Era una tienda de ropa a medida bastante exclusiva en la ciudad. La ropa que había dentro era costosa. Lianyi probablemente gastó mucho dinero en ese vestido de dama de honor.

Ling Yiran entró en la tienda y le dijo al dependiente que se acercó: "Soy Ling Yiran. Su personal me dijo que viniera a buscar un vestido".

"Está bien. Por favor, espere un momento", respondió y le pidió a Ling Yiran que esperara en el salón.

Tres personas más entraron a la tienda mientras Ling Yiran esperaba, y una de ellas era Hua Lifang.

Vestida con ropa de diseñador, Hua Lifang se sorprendió al ver a Ling Yiran. No esperaba ver a su prima en un lugar así, pero ella se veía notablemente mejor que hace unos días.

Al mirar a Ling Yiran, los dientes de Hua Lifang castañeaban de odio. Ella había pensado que al crear una brecha entre Ling Yiran y Lichen, ella podría ‘consolar’ a Lichen y hacer que él se enamorara de ella.

Efectivamente, las dos mujeres que entraron con Hua Lifang dijeron: "¡De ninguna manera! ¿Usó un truco tan sucio?".

"Tss, tss. Algunas mujeres harían cualquier cosa solo para alcanzar sus metas. Ella debe estar celosa de ti por tener una vida tan buena y por eso trató de incriminarte".

Las dos mujeres que parecían adineradas querían complacer a Hua Lifang y se pusieron de su lado.

Una de ellas incluso le dijo al personal cercano: "¿Por qué no distinguen los tipos de clientes que la tienda puede y no puede recibir? ¿Cómo pueden dejar entrar a una clienta como esta? ¿No tienen miedo de manchar su reputación? Nos olvidaremos de esto si la sacan ahora. De lo contrario, se lo diré a mis amigas y veremos qué queda de la reputación de su tienda después".