Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1302

De repente, los ojos de Yi Jinli se enrojecieron. ¿Estaba demasiado nervioso, o había estado tan ansioso por escucharla decir eso que su cuerpo incluso comenzó a temblar ligeramente? Sus labios también temblaban.

"¿Me amas…de verdad?", murmuró con voz temblorosa.

Ling Yiran dijo: "Sí. ¿Acaso podría estar mintiendo? Jin, te amo. Pensé que me llevaría mucho tiempo volver a amarte, pero... al amor no parece afectarle el tiempo".

No hubo ningún incidente trascendental ni ninguna oportunidad especial. Ella simplemente confirmó sus sentimientos por él.

Probablemente era porque ella siempre lo había amado.

De repente, Yi Jinli volvió a sostener a Ling Yiran en sus brazos. "Dijiste que me amas. ¡No puedes retractarte!".

"Sí, no me retractaré de mis palabras", dijo ella, al escuchar el ligero quiebre en su voz. "Jin, ¿estás llorando?".

Él no le respondió, pero enterró su cara más profundamente en su hombro, aspirando su aroma como si quisiera grabar todo sobre ella en su corazón.

Ling Yiran solo podía sentir la humedad en su hombro.

***

Cuando Ling Yiran y Yi Jinli salieron caminando lentamente del cementerio, Gao Congming, quien los esperaba afuera, se sorprendió al ver a su jefe con los ojos enrojecidos.

Por otro lado, Ling Yiran parecía estar de buen humor con una leve sonrisa en su rostro.

De alguna manera, Gao Congming pensó que la escena se parecía a la de un hombre intimidando a una señorita hasta que sus ojos se enrojecieron con lágrimas de agravio mientras el hombre se divertía.

'¿El Joven Amo Yi realmente... ha llorado?’.

'Bueno... ¿Qué fue lo que dijo la Joven Señora que hizo llorar al Joven Amo Yi?'.

"Tienes que decírmelo aunque mis ojos se hinchen. ¡No puedes guardártelo!", dijo Yi Jinli. ¿Ella sabía lo mucho que significaba para él cuando le decía que lo amaba?

"¡Está bien, está bien!", dijo ella. Parecía estar calmando a un niño, levantando la mano para acariciar su cabeza como si se tratara de un cachorro.

¡Gao Congming seguía anonadado!

Solo la Joven Señora podría hacerle algo así al Joven Amo Yi. ¡Si fuera otra persona, le habrían cortado la mano!