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¡Paf!
La fuerte bofetada hizo que Kong Ziyin detuviera su discurso y casi se cayera al suelo de nuevo.
Un lado de su mejilla se tornó rojo al instante y también se hinchó mientras aparecía la huella de la bofetada.
Sin embargo, Kong Ziyin parecía no sentir dolor y siguió hablando sarcásticamente: "Incluso si Zhuo Qianyun vive para ver su nombre siendo limpiado, no permanecerá viva por mucho más tiempo. ¡Ye Wenming, me gustaría ver cómo te sentirás cuando Zhuo Qianyun muera!".
Ye Wenming inmediatamente entrecerró los ojos y la miró. "¿Cómo sabes que ella está enferma?".
Kong Ziyin se rio frenéticamente. "Ja, ja. ¿Cómo lo sé? ¡Yo sé todo sobre Zhuo Qianyun! ¡Sé más que tú! ¡Ye Wenming, estás ciego!".
Los delgados labios de Ye Wenming estaban casi presionados en una línea recta. Apretó los dientes. Pasó mucho tiempo antes de que finalmente dijera: "Tienes razón. ¡Estoy ciego!".
¡Estaba ciego por haber sido engañado durante tanto tiempo y por no reconocer quién era la persona que se preocupaba sinceramente por sus mejores intereses!
Por lo tanto, él se merecía todo clase de castigo.
"Kong Ziyin, estaba ciego y mi corazón también. ¡Pagaré por mis pecados, mientras que tú y la familia Kong también estarán condenados a pasar toda su vida en prisión para pagar los suyos!".
Con eso, Ye Wenming se dio la vuelta para irse. Era como si estuviera cansado de mirar a estas personas frente a él.
Kong Ziyin sonrió miserablemente y todavía gritó como una loca: "Ye Wenming, estoy esperando que Zhuo Qianyun muera para ver cómo terminarás...".
No fue hasta que Ye Wenming volvió a su coche y cerró la puerta que la loca y chillona voz de Kong Ziyin pareció cortarse.
Cerró los ojos lentamente y le ordenó al conductor frente a él: "Ve al hospital".
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