Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 156

"Espera...". Ling Yiran se estremeció de repente. Ella miró al hombre con aún más confusión. ¿Cómo... cómo había sabido que la pulsera estaba con ella?

Ella la había encontrado en el bolsillo de su uniforme de trabajo cuando salió del trabajo.

Sin embargo, este hombre sabía que la pulsera estaba con ella. Luego, incluso había descubierto dónde vivía y entró silenciosamente...

Para poder hacer tal cosa, ¿quién diablos era este hombre?

"Recogiste este brazalete, ¿qué recompensa quieres? Siempre que no sea demasiado excesivo, te lo puedo dar”. Gu Lichen bajó la cabeza y miró a la mujer frente a él.

Había planeado irse directamente con el brazalete, pero cuando vio la cara de la mujer dormida , decidió quedarse en la casa.

Pensó que, tal vez, quería ver cómo se veía esta mujer cuando abriera los ojos.

Ahora, ella realmente se había despertado. Tenía un par de ojos almendrados extremadamente hermosos, las pupilas profundas y oscuras contrastaban claramente con la esclerótica. Las pestañas que se rizaban hacia arriba agregaron un poco de encanto a este par de ojos.

Fue solo que cuando este par de ojos se abrieron, la mirada que emergió se llenó de una especie de apatía sin vida que no coincidía con su edad.

Era como si hubiera pasado por demasiadas dificultades y ya hubiera perdido la vitalidad que debería tener. Ahora, en cambio, estaba resignada a su destino.

Ling Yiran no sabía quién era el hombre frente a ella. Sin embargo, parecía tener un temperamento similar al de Yi Jinli.

En su situación actual, no podía permitirse provocar a una persona así.

Ling Yiran inconscientemente apretó su muñeca sobre la manta que cubría su cuerpo y miró al hombre frente a ella.

No sabía quién era este hombre ni qué quería hacer. Sin embargo, había podido entrar a la habitación silenciosamente por la noche con facilidad. Si él realmente quería hacerle algo, tal vez no pudiera detenerlo en absoluto.

Las dos personas se miraron en silencio. Después de un largo rato, la voz fría e indiferente del hombre finalmente volvió a sonar. "¿Estás diciendo eso para obtener más beneficios? ¿Estás haciéndote la difícil de conseguir?".

Ella se quedó atónita por un momento y luego dijo, "No tengo esa habilidad, y no puedo hacerme la difícil para estar contigo. Es más, ni siquiera sé quién eres. Ya que obtuviste el brazalete, ¿puedes irte? Tengo que ir a trabajar temprano en la mañana y quiero dormir otras dos horas”.

Se enderezó lentamente, sosteniendo el pequeño brazalete de plata con sus delgados dedos. Cuando su mirada cayó sobre su rostro, abrió sus delgados labios y dijo a la ligera: "Soy Gu Lichen. Ahora, debes saber quién soy”.