Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 155

Ella extendió la mano hacia su teléfono celular para ver la hora. Eran las 3 de la mañana y podía dormir unas horas más.

Justo cuando estaba a punto de cerrar los ojos, de repente, se incorporó de golpe. Al instante siguiente, se quedó mirando, con incredulidad, con los ojos bien abiertos.

Un hombre estaba sentado junto a la mesa del comedor en su apartamento de alquiler, jugando con el brazalete de plata que tenía en el bolsillo.

Bajo la luz, el hombre parecía una pintura dibujada en un trozo de papel de arroz. Sus cejas eran espesas y su puente nasal alto. Sus labios eran delgados y tenía un par de hermosos ojos de fénix. Cuando curvó los labios y la miró, parecía frío y distante.

Mientras la miraba, Ling Yiran sintió como si fuera un espejismo.

"¿Es este hombre real? ¿Estoy... soñando?".

"¿Estás despierta?". La voz del hombre rompió el silencio en la habitación.

Ling Yiran de repente recobró el sentido y se dio cuenta de que no estaba soñando. ¡Todo era real!

"Tú, ¿quién eres? ¿Por qué estás en mi apartamento en medio de la noche?". Ling Yiran hizo todo lo posible por no gritar. En silencio, extendió la mano para levantar su teléfono celular para poder llamar a la policía cuando el hombre no la estuviera mirando.

Sin embargo, antes de que pudiera poner sus manos en el teléfono celular, el hombre dijo: "Si estás pensando en llamar a la policía, puedes olvidarlo. Si quisiera hacerte daño, lo habría hecho mientras dormías”.

Este hombre parecía frío y peligroso. Ella se preguntó cuándo había entrado a su apartamento de alquiler sin que ella se diera cuenta.

Cuando lo vio jugar con el brazalete, creyó que llevaba allí algún tiempo.

Sin embargo, ella no lo había notado.

Después de pensarlo un rato, concluyó que debía ser algo especial. Ningún hombre común podría buscarla y entrar en su apartamento sin ser visto. Cuando el hombre se acercó a ella, ella notó que su atuendo era de alta calidad. Su traje y su reloj de pulsera eran de marca y caros. Sin embargo, le pareció desconcertante que este tipo de hombre irrumpiera en su apartamento por una barata pulsera.