Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1623

De repente, él resopló. "Porque ahora tienes a alguien más. ¿Ese es Bai Yulai?".

Cuando pronunció ese nombre, la expresión de Qin Lianyi cambió de inmediato. Ella solo había mencionado el primer nombre de Bai Yulai durante la llamada telefónica hace un momento, no su apellido.

Sin embargo, Bai Tingxin sabía su nombre completo.

Lo que también significaba que... "¿Lo estuviste investigando?".

"¿Y qué si lo hice? ¿Y tú? ¿Cuánto lo amas? ¿Es parecido a lo que solías sentir por mí?", preguntó él con una clara lucha interna y celos en su tono.

"No es asunto tuyo", dijo Qin Lianyi.

Su rostro pareció oscurecerse bajo la luz de la lámpara que estaba sobre ellos. "Eres mi ex novia, después de todo. ¿No puedo preocuparme por ti?".

"Acabas de decir que soy tu ex novia. Señor Bai, si quieres preocuparte por alguien, ¿por qué no le prestas más atención a tu novia actual?", preguntó Qin Lianyi.

Bai Tingxin guardó silencio por un momento y luego dijo de repente: "¿Alguna vez me has odiado?".

Ella se quedó pensativa por un momento. Lo miró desconcertada, preguntándose por qué de repente le había hecho esa pregunta.

"¿Alguna vez me has odiado? ¿Me has odiado porque te abandoné cuando estabas en tu punto más bajo y porque elegí terminar contigo y estar con otra mujer?". Con cada palabra, se acercaba más a ella.

Ella retrocedió casi por instinto, pero con cada paso que daba hacia atrás, él se acercaba a ella.

Miró sus hermosos ojos pero no podía entender la profundidad que veía en ellos.

Qin Lianyi dijo lentamente: "No te odio. Bai Tingxin, eres alguien a quien una vez amé. No es como si no estuvieras sufriendo cuando yo estaba en mi peor momento. Estabas bajo ataque en ese entonces. Si me hubieras elegido, entonces tal vez habrías perdido a la familia Bai. Te habrías convertido en una persona común".

La sorpresa brilló en sus ojos como si no hubiera esperado que esa fuera su respuesta.

"¿Tú no... me odias?", preguntó con un murmuro. Las cuatro palabras casi parecían haber sido exprimidas de su garganta con un temblor.

Ella dijo: "No te odio, y no quiero odiarte nunca. El odio es un sentimiento muy doloroso. Fue agradable estar enamorada de ti. No quiero agregarle odio. Entre el amor y la carrera, elegiste el último. Eso es todo lo que hiciste”.