Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1853

Mientras tanto, la voz de su mentor seguía sonando, rogándole que suplicara por la Señora Kang.

Sin su mentor, su vida en la Ciudad L habría sido mucho más difícil y la Pequeña Jin habría sufrido aún más con ella.

La Señora Kang también la había ayudado muchas veces. Cuando estaba ocupada con su trabajo, la Señora Kang a menudo cuidaba a la Pequeña Jin.

"¡Jin! ¡Deja que la Señora Kang se detenga!". Ling Yiran finalmente levantó la vista y le dijo a Yi Jinli: "La Señora Kang acaba de salir del hospital y su cuerpo no aguantará. Sé que la odias, pero hay otras formas si quieres que ella pague por sus pecados!".

Yi Jinli giró lentamente la cabeza para mirar a Ling Yiran a los ojos. "¿Así que todavía quieres suplicar por ella?".

Ella apretó los dientes y pronunció la palabra sí.

"¡Sabes muy bien lo que ella nos hizo a mi padre y a mí!" Él continuó diciendo, mirándola con ojos llenos de decepción melancólica.

Ling Yiran pensaba que su mirada estaba presionando su pecho como una montaña invisible, y apenas podía respirar por la presión.

"Sí. Lo sé todo, pero mi mentor y su esposa han sido amables conmigo. Jin, te ruego que dejes que la Señora Kang se detenga. La Señora Kang es realmente diferente de antes", dijo Ling Yiran.

"¿Qué pasa si me niego?". Su voz se volvió más fría. "Yiran, ¿no debería ser yo el que más amas y te preocupas? ¿Sin embargo, ahora estás suplicando por la mujer que casi me mata?".

"Yo...".

"¡Puedes suplicar por cualquiera menos por ella!". ¡Fue porque ella era la mujer a la que había jurado no perdonar nunca la noche en que su padre murió congelado!

Ella cayó de rodillas frente a Yi Jinli. "Jin, deja que la Señora Kang se detenga. No dejes que continúe. ¡Algo malo sucederá si la dejas continuar así!".

Sus dedos, que habían estado sosteniendo su muñeca, de repente se aflojaron. Sus fríos ojos parecían estar teñidos de sarcasmo mientras una curva aparecía en sus delgados labios. Parecía más un llanto que una sonrisa.

"Yiran, te arrodillaste frente a mí por Gu Lichen y Qin Lianyi. Ahora, ¿te arrodillas frente a mí por tu mentor y la mujer que una vez me lastimó? Puedes arrodillarte frente a mí por tantas personas. ¿De verdad piensas en mí como la persona que más te importa?”.

"Jin, yo...". Ling Yiran de repente se dio cuenta de que tal vez estaba equivocada y que no debía suplicarle de esta manera.

Arrodillarse así solo lo lastimaría más.