Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1859

"¡Es por esa misma razón que quiero ir a buscarlo!". Quería encontrarlo lo antes posible y disculparse con él; de lo contrario, el malentendido solo se profundizaría y se volverían irreconciliables.

"Llamaré al chofer por usted", dijo el Tío Kwan.

Ling Yiran asintió. Aunque había vuelto a obtener su licencia de conducir y podía llevarse el coche ella sola, no estaba calmada en ese momento. Por lo tanto, era más seguro tener un chofer.

El hombre llevó primero a Ling Yiran al edificio del Grupo Yi, pero Yi Jinli no estaba allí.

Ling Yiran luego le dijo al chofer que se dirigiera a una de las mansiones.

Sin embargo, vio que el chofer tomaba una ruta diferente en su camino hacia allí, por lo que no pudo evitar preguntar: "¿Por qué no sigue por esta vía?".

"El GPS dice que la carretera más adelante está cerrada, así que tenemos que tomar un desvío", respondió el chofer.

"¿Está cerrada?". Ling Yiran se estremeció. El camino de adelante... fue donde murió el padre de Jin, y donde ella conoció a Jin por primera vez.

La noche que conoció a Jin, ¡él estaba de pie junto a la carretera, bloqueando todo el camino!

'¿Acaso Jin...?'.

"¡Conduce hacia la carretera cerrada!", ordenó Ling Yiran.

El chofer hizo lo que le dijeron. Se dio la vuelta y se dirigió a la carretera cerrada.

Efectivamente, se habían puesto barricadas en este lado de la carretera. Ling Yiran salió del coche, solo para ver un coche familiar... ¡Era el coche de Jin!

Alguien se bajó del coche, pero no era la persona que ella quería ver. Era Gao Congming.

"Secretario Gao, ¿está segura de dejarla pasar?", preguntó un guardaespaldas.

"El Joven Amo nos matará, la detengamos o no. Ya que de todos modos terminaremos muertos, tal vez la Joven Señora pueda cambiar las cosas si la dejamos pasar", dijo Gao Congming.

Después de todo, Ling Yiran era probablemente la única que podía cambiar el estado de ánimo del Joven Amo Yi y hacerlo cambiar de opinión.

Ling Yiran caminó paso a paso hacia el lugar donde se conocieron. Poco a poco pudo vislumbrar una figura.

Esta vez, él no vestía ropa andrajosa como en el pasado. Todavía vestía el traje negro que usaba durante el día. Era casi como si estuviera a punto de desvanecerse entre la noche.

Ella se acercó a él y murmuró: "Jin…".

Esto lo hizo tensarse un poco. Momentos después, levantó lentamente la mirada, y sus ojos fríos pero hermosos instantáneamente se encontraron con los ojos almendrados de ella.