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El ambiente cambió de inmediato. Incluso el aire parecía haberse llenado de tensión.
Las expresiones de los mercenarios también cambiaron. Intentaron avanzar para someter a Gao Manlin. Después de todo, necesitaban a Ling Yiran para mantener sus vidas y obtener el dinero.
Sin embargo, Gao Manlin no les permitió acercarse a ella. Arrastró a Ling Yiran hasta el borde de la azotea. "Le voy a cortar el cuello si alguien se acerca. Lo peor es que ella pierda la vida. No está mal si hago que la señora de la familia Yi muera conmigo. ¡Solo que no sé si el Joven Amo Yi de la Ciudad de Shen podrá renunciar a su esposa!".
Yi Jinli miró a Gao Manlin con frialdad, su rostro aparentemente cubierto de escarcha. Caminó hacia Gao Manlin paso a paso. "Entonces puedes intentar a ver si estoy dispuesto a renunciar a ella".
Gao Manlin estaba un poco nerviosa cuando vio a Yi Jinli acercarse a ella. "No te acerques. ¡No seré buena con ella si vienes!".
Cuando Gao Manlin terminó de hablar, la daga en su mano dejó un rastro de sangre en el cuello de Ling Yiran.
Ling Yiran dejó escapar un grito bajo de dolor mientras la sangre corría por su cuello hasta el dobladillo de su camisa.
La expresión de Yi Jinli solo cambió un poco. Era solo que las manos que colgaban a sus costados se apretaron más y más, revelando su estado de ánimo actual. "En este momento, deberías estar considerando cómo negociar conmigo en lugar de arrastrarla a la muerte contigo. Gao Manlin, puedo dejar que te vayas con estas personas, darte un coche y dejar que te vayas de la Ciudad de Shen. pero... no puedes lastimar más a mi esposa”.
Yi Jinli le dijo sus condiciones y su voz fría era como la tentación del diablo.
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