Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1988

Bai Tingxin se puso rígido mientras miraba de manera inexpresiva a la persona en sus brazos. 'Sí, Lianyi y Mamá no son iguales’.

'Mamá piensa en mí como un peón para el poder y riqueza’.

'Pero Lianyi... nunca haría eso. Ya sea que solo soy un joven que conoció por casualidad, el presidente del Grupo Bai Feng o el jefe de la familia Bai, ella solo me ve como la persona que se llama Bai Tingxin’.

"Lianyi...", murmuró él mientras le devolvía el abrazo. "Gracias".

La cara de ella estaba presionada contra su pecho, y estaba confundida por sus palabras. "¿Por qué me estás agradeciendo?".

"¡Gracias... por venir a buscarme!", él dijo. Si ella no hubiera venido a él, entonces tal vez realmente habrían perdido la relación.

...

En los días siguientes, todos los medios informaron que el Grupo Bai Feng podría experimentar ‘cambios drásticos’. El drama de madre e hijo enfrentándose parecía atraer a muchos internautas.

La gente también especulaba sobre quién ganaría pronto la reelección del presidente del Grupo Bai Feng.

A juzgar por los informes de noticias de estos días, parecía que Qi Yueyun tenía la ventaja. Muchos antiguos accionistas que poseían acciones del Grupo Bai Feng expresaron su apoyo hacia Qi Yueyun.

Aunque Bai Tingxin poseía el 35 por ciento de las acciones, que era mucho más de lo que Qi Yueyun tenía, si la mayoría de los accionistas se pusieran del lado de Qi Yueyun, era probable que Bai Tingxin perdiera.

Ling Yiran había estado siguiendo las noticias en estos días.

Después de regresar de la Ciudad L, no le dijo a Yi Jinli que había ido allí. También les había dicho a los niños que no le dijeran. ¡Era solo un secreto que sería entre ellos!

Ella acababa de levantarse cuando él la agarró por detrás. Ni siquiera pudo dar su primer paso. Ella instantáneamente cayó en sus brazos.

"¿Qué pasa, Jin?", ella preguntó.

"¿Me extrañaste cuando te fuiste?". Su voz resonó en los oídos de ella cuando sus delgados labios se abrieron suavemente y chuparon el lóbulo de la oreja de ella.

Ling Yiran se sonrojó al instante mientras le ardían las orejas. "Sí... sí te extrañé". Si no fuera por su acuerdo de no decirle cada vez que iba a ver a la Señora Kang, probablemente le habría hecho videollamadas de vez en cuando mientras estaba en la Ciudad L.

"¿Cuánto me extrañaste?". Sus labios recorrieron las orejas, cuello y hombros de ella mientras sus dedos le desabrochaban el vestido.

El vestido que llevaba puesto hoy tenía una cremallera en la parte de atrás, lo que le facilitaba desabrocharlo.