Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2308

Una vez que Zhuo Yan terminó su tarea por la noche, Zhuo Qianyun le dijo a su hijo: "Mañana iré a la Ciudad L. Vas a estar solo en casa con la abuela durante los próximos días. Ahora eres un joven. Sé bueno y cuida a la abuela. Espera a que regrese, ¿de acuerdo?".

Zhuo Yan parpadeó. "Mami, ¿vas a buscar a papá?".

Zhuo Qianyun dudó un poco. "Necesito hablar con tu papá sobre algo. Debería estar de vuelta en unos días".

"Mami, ¿vas a estar con papá?", preguntó de repente la voz infantil.

Zhuo Qianyun se congeló un poco. Momentos después, ella dijo: "Las cosas entre papá y yo continuarán como siempre. Aunque no estamos juntos, te amamos y... deseo que tu papá esté bien y saludable sin importar la relación entre nosotros".

Zhuo Yan preguntó con confusión: "Mami, ¿no estás con papá porque él fue demasiado malo contigo?".

Zhuo Qianyun tocó la cabeza de su hijo. "Lo entenderás cuando crezcas. Bueno, ya es tarde. Ve a la cama después de lavarte".

Zhuo Yan murmuró con aún más confusión: “¿Tengo que esperar hasta que crezca? Pero, ¿cuándo se considerará que he crecido?”.

Ya no odiaba tanto a su padre, especialmente después de que salvó a su madre y al hermano en el vientre de su madre. Todo su odio hacia él había desaparecido.

'Si papá puede proteger a mamá para siempre, entonces... ¡No tengo que odiar a papá!'.

Después de que su hijo se durmió, Zhuo Qianyun reservó un boleto de tren de alta velocidad hacia la Ciudad L y empacó sus pertenencias.

Su viaje en tren de alta velocidad era mañana a las 3:00 p.m. Habría menos pasajeros en ese momento también.

Sin embargo, la idea de volver a ver a Ye Wenming la llenó de ansiedad.

‘Deja de pensar en eso. Lo sabré cuando llegue allí', se dijo a sí misma. Tendría que dar este paso eventualmente.

Viendo a una mujer embarazada que viajaba sola en el tren llamó la atención de muchos. De vez en cuando, alguien le preguntaba por qué viajaba sola en el tren y dónde estaba su familia.

Ella sonreía y respondía que su familia estaba ocupada, así que tomó el tren sola.

Trató de ignorar las miradas extrañas que la gente le daba.

Después de todo, ella había recibido tantas miradas extrañas a lo largo de los años que, a veces, podía ignorarlas.

El viaje duró cinco horas. Ya eran pasadas las 8:00 p.m. cuando llegó a la Ciudad L.