Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2344

'Nada de qué preocuparme... Pero ¿por qué me siento un poco inquieto?'.

A pesar de que no había recuperado sus sentimientos por ella, seguía pensando en ella.

¿Qué magia tenía esa mujer Zhuo Qianyun que aún podía tener alguna influencia sobre él?

...

Cuando Zhuo Qianyun salió del baño por la noche, vio a Ye Wenming de pie junto a la cama. Él estaba mirando la maleta que ella casi había terminado de empacar.

Ella se sobresaltó. "¿P-Por qué estás aquí?".

"Liang Fang dijo que regresarás a la Ciudad de Shen", dijo él mientras la miraba que estaba en bata de baño.

"Sí", respondió ella. Su repentina aparición la dejó sin saber qué hacer.

"¿Vas a regresar tan pronto? ¿Vas a dejar de rogarme?", dijo él con una media sonrisa.

Ella dijo: "No dirás que sí incluso si te lo sigo pidiendo, ¿verdad? Ya que esto no llegará a nada, será mejor que regrese y piense en otra opción".

"¡Qué sencillo! ¡Vas y vienes cuando quieras!". Ye Wenming resopló con frialdad.

Ella solo dijo con indiferencia: "Señor Ye, continuaré empacando ahora. Deseo descansar temprano. Si no hay nada que pueda hacer por ti, por favor, vete".

Ella lo dijo mientras continuaba doblando la ropa que no había sido doblada.

De repente, él la tomó del brazo y dijo con frialdad: "¿Qué pasa si tengo algo que puedas hacer?".

Casi le hizo esas preguntas, pero las palabras se le atascaron en la garganta. Al final... solo le dijo: "Zhuo Qianyun, nunca vuelvas a aparecer ante mí si realmente te vas de la ciudad esta vez. De lo contrario, no será fácil para nadie".

La respiración de ella se detuvo por un momento. Sus palabras la hicieron sentir como si hubiera sido apuñalada en el corazón, y no pudo evitar sangrar.

Fue tan doloroso y dolió tanto.

Al parecer que las palabras de una persona podían doler mucho.

Sin embargo, ella fue quien lo puso en esta posición, ¿no era así? Si no hubiera sido por su decisión, él no habría optado por olvidar sus sentimientos con hipnosis.

Por lo tanto, quizás uno cosecha lo que uno siembra.

¡Ella se merecía todo esto!