Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 2345

Zhuo Qianyun hizo todo lo posible por hablar con calma. "Ya veo. Está bien, nunca volveré a aparecer frente a ti de ahora en adelante. Tampoco volveré a perturbar tu paz. Nunca... nos volveremos a hablar. Mantendré mi palabra esta vez”.

Su rostro estaba lleno de frialdad mientras la miraba sombríamente. Las manos a sus costados se apretaron en puños.

Solo él sabía lo rígido que se puso su cuerpo cuando la escuchó decir eso. Incluso su sangre parecía haberse congelado.

'¡Nunca... nos volveremos a hablar!’.

'Esta mujer nunca cambia. ¡Ella solo me dirá las cosas más hirientes!’.

"¡Muy bien! ¡Será mejor que recuerdes lo que dijiste hoy!", dijo Ye Wenming y salió de la habitación del hotel sin mirar atrás.

La rabia que llenó su pecho casi lo abrumó.

Incluso él no podía explicar por qué estaba tan enojado.

¡La mujer había perturbado su paz y ahora estaba yendo tan fácilmente!

Cuando Ye Wenming regresó a la Residencia Ye, la Señora Ye estaba en casa. Cuando vio a su hijo, inmediatamente se acercó a él y le dijo: "Wenming, quiero hablar contigo".

Ye Wenming dijo: "Mamá, si quieres hablar sobre Zhuo Qianyun, ¡no te molestes! Mañana ella va a regresar a la Ciudad de Shen".

La Señora Ye se congeló. "¿Ella va a regresar a la Ciudad de Shen?".

"¿Qué piensas? ¿No es natural que ella regrese a la Ciudad de Shen ya que no hay forma de que acepte su solicitud?".

"Regresar a la Ciudad de Shen... Regresar a la Ciudad de Shen...", murmuró la Señora Ye antes de finalmente dejar escapar un largo suspiro. "Es bueno que ella regrese a la Ciudad de Shen. De esa manera, no tendrá más influencia sobre ti".

...

El tren de alta velocidad de Zhuo Qianyun estaba programado para partir a las tres de la tarde, por lo que salió de su habitación de hotel al mediodía y se reunió con Guo Xinli.

"¿Por qué no te ayudo con tu maleta? Estás embarazada, así que ten cuidado. También debes prestar atención cuando entres a la estación de tren", le recordó Guo Xinli.

"Gracias", dijo Zhuo Qianyun. Ella no rechazó su oferta.

Almorzaron en un café cercano y luego tomaron un taxi hasta la estación de tren.

El coche se detuvo en la entrada de la estación de tren y los dos se bajaron. Guo Xinli tomó la maleta de ella mientras Zhuo Qianyun caminaba a su lado. Los dos parecían una pareja casada.

Un coche negro estaba estacionado cerca, y la persona adentro miraba en silencio a Zhuo Qianyun y Guo Xinli, quienes habían salido de un taxi.