Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 282
Sobre Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante - Capítulo 282
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Sus ojos estaban fijos en ella. "¿Importa si lo creo?".
Ella pareció estar sorprendida antes de reírse de sí misma. ‘Sí, que me crea o no, no tiene nada que ver conmigo. Pero, ¿por qué me pongo nerviosa cuando lo miro?’
"Voy a regresar a mi habitación", dijo Ling Yiran, tratando de pasar por delante de Yi Jinli hacia las escaleras.
Sin embargo, de repente él tiró de su brazo cuando ella solo había dado dos pasos. Al momento siguiente, ella prácticamente se estrelló contra sus brazos por el tirón.
"Creo que eres inocente". Él se inclinó y su voz sonó profundamente en su oído. "¿Crees que encontrarás algo si lo investigas tú misma? Investigando un caso de hace tres años... ¿Alguna vez se te ocurrió que la verdad que quieres podría no haber existido en primer lugar?".
Ling Yiran abrió sus brillantes ojos almendrados y miró a Yi Jinli. Luego, ella sonrió un poco. "Incluso personas tan ricas y poderosas como tú piensan que no puedo revertir el caso por mi cuenta, pero una pequeña don nadie como yo todavía piensa que tal vez algún día voy a ser capaz de limpiar mi nombre".
La sonrisa de ella le dio un sentimiento penetrante. Era como si algo le hubiera picado el corazón. Después de un rato, él dijo: "¿Y si estoy dispuesto a ayudarte? ¿Y si… puedo ayudarte a descubrir la verdad que quieres?".
Ella lo miró fijamente, preguntándose por qué su actitud había cambiado tan repentinamente.
"Si te digo que puedo ayudarte a averiguar la verdad a condición de que te quedes a mi lado y me acompañes, ¿dirías que sí?", él murmuró. Su cálido aliento parecía envolver todo el cuerpo de ella.
Al mismo tiempo, los latidos del corazón de ella se volvieron tan intensos que casi parecía como si estuviera a punto de salirse de su garganta.
Ella sabía que, si aceptaba ahora, podría limpiar su nombre y enfrentarse al mundo con una pizarra limpia.
Sin embargo, esta “pizarra limpia” se intercambiabacon su libertad, tal vez incluso con su cuerpo. ¿Era realmente lo que ella quería?
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