Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 31

Leia Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante Capítulo 31

Este romance, Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante, está COMPLETO. Leia Capítulo 31 e outros capítulos aqui.

O romance Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante, de Internet, atinge circunstâncias dramáticas. Com Capítulo 31, para onde irá o amor do protagonista masculino e da heroína? Siga este romance em booktrk.com.

Pesquisas relacionadas:

Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante Capítulo 31

O romance Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante Capítulo 31

Su cuerpo se pasmó ligeramente pero él no se resistió. Recostó su cabeza en su hombro y sintió su aroma envolverlo.

El olor con su ligera fragancia le daba un sentimiento inexplicable de satisfacción.

Era como si estar a su lado le permitiera relajarse por completo.

“Jin, ¿no dijiste que nunca me abandonarías? Yo pienso igual, yo nunca te abandonaré. No importa lo que pase en el futuro, me quedaré a tu lado.”

Su voz resonó lentamente en su oído.

“¿Realmente te quedarías a mi lado no importa qué?” murmuró él al preguntar.

“Por supuesto,” contestó ella con total naturalidad.

“¿No me tendrás miedo?” preguntó él.

Ella soltó una risa ligera. “¿Por qué tendría miedo de ti? Mi Jin es tan obediente, no puedo esperar a acercarme más a ti.”

“Mi Jin… Ay,esta frase hace que suene como si yo perteneciera a ella, y sin embargo no le tengo aversión a la expresión. Inclusive podría… sentirme feliz por ello.”

Él alzó su cabeza y de pronto sus rostros estaban a tan solo centímetros de distancia. Las puntas de sus narices casi que se tocaban.

Ella inmediatamente se ruborizó, y subconscientemente quería retroceder. Sin embargo, él rodeó el brazo por su cintura, evitando que se moviera.

“¿A Hermana le gusta que sea obediente?” preguntó él en un susurro.

Su apuesto e incomparable rostro se dejó ver. Ling Yiran no pudo evitar morderse el labio. Podía sentir sus mejillas colorarse.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante