Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 33

Ling Yiran encontró esa afirmación ridícula. “Entonces puedes ir y decirle eso a mi hermana menor pero no a mí. Todavía tengo trabajo por hacer, así que si me disculpan.”

Fang Qianmei respondió molesta, “Si no fuera por ti, ¿entonces por qué habrían quitado los anuncios de la propuesta de Xiao Ziqi a Hao Yimeng? Tú mataste a la prometida de Yi Jinli y él se está desquitando con la familia Xiao, y sin embargo tú estás bien, aquí casualmente barriendo las calles.”

Ling Yiran estaba estupefacta. No se le había ocurrido pensar que eso había sido hecho por Yi Jinli.

Yi Jinli… de hecho, fue por Yi Jinli que ella pudo escapar de Shen Wanhao la última vez.

Ese hombre es el ‘dios’ de Cuidad Shen. En Ciudad Shen, ese hombre controla el gran Grupo Yi y nadie se atreve a desafiarlo. Cada palabra que él dice en Ciudad Shen es tratada como un edicto imperial.

Parece que Yi Jinli y yo tenemos incontables vínculos que nos conectan.

Al inicio cuando Xiao Ziqi se apresuró para terminar con ella, ningún abogado en Ciudad Shen estaba dispuesto a tomar su caso. ¿No fue eso también causado por Yi Jinli?

Todo el dolor que sufrió en prisión fue ignorado por los guardias custodios, ¿no fue eso también a causa de Yi Jinli?

Porque a la persona que ella había matado era la prometida de Yi Jinli.

Inclusive hubo un tiempo durante su encarcelamiento que su cabeza fue sumergida en agua helada y ella casi se ahoga, envolviéndola el miedo a morir.

La razón detrás de su trato en prisión fue porque alguien escuchó que la familia Yi había dado órdenes de castigarla mientras estaba ahí dentro. Aquellos que querían ganarse el favor de Yi Jinli se precipitaron a pisotearla varias veces más, torturándola.

Ling Yiran continuó barriendo, ignorando las recriminaciones de Fang Qianmei.

Hermana Xu, que estaba barriendo al otro lado de la calle, notó la conmoción y se acercó a preguntar qué había sucedido.

Fue en ese momento que Ling Yiran notó que Hao Yimeng estaba marcando un número. Seguro que no iba a pasar mucho tiempo antes de que Hermana Xu recibiera una llamada del director, indicando que debían encontrar el anillo que Hao Yimeng había perdido, no importaba qué.

Ling Yiran frunció sus labios con fuerza. Ella estaba consciente que el incidente de hoy era solo Hao Yimeng deliberadamente haciéndole la vida difícil, y ahora no tenía otra opción más que encontrar el anillo inexistente.

Minutos después, el líder de su grupo también se apresuró. Cuando escuchó que el anillo de Hao Yimeng valía cientos de miles de yuanes, inmediatamente se volteó hacia Hermana Xu y Ling Yiran y dijo, “apresúrense a buscarlo en todos los lugares que acaban de ser barridos y en los botes de basura que acaban de llenar. ¡Deben encontrar ese anillo!”

“Entonces, esperaremos en el auto. Si encuentran el anillo, nos informan,” ordenó con gracia Hao Yimeng y se volteó para irse.