Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 34

“¿Ah? ¿En el auto?” El líder de grupo estaba claramente atónito. Estaba sorprendido que un anillo que valía cientos de miles se había perdido y que las dos mujeres habían decidido no supervisar la búsqueda.

“Después de todo, nuestra Yimeng es una celebridad popular. Si se quedara aquí parada a verlos buscar el anillo, probablemente serían instantes antes de que se viera rodeada de fanáticos del cine,” dijo Fang Qianmei.

El líder de grupo pensaba lo mismo.

El auto de Hao Yimeng estaba estacionado cerca. Aunque se sentara en él, todavía podía ver a Ling Yiran abatida mientras buscaba en el bote de basura.

“Ella solo es apta para rebuscar entre desperdicios,” dijo cruelmente Fang Qianmei con una sonrisa. “A pesar de lo engreída que estaba hace unos momentos, todavía tiene que pasearse entre la basura.”

Hao Yimeng respondió serenamente, “vámonos en un momento.” En su estado actual, Ling Yiran no parecía tan amenazante.

“Aunque esta mujer alguna vez fue amada por Xiao Ziqi, al final, también fue abandonada por él”.

Sin embargo, cuando estaba en prisión, aunque todos los diez dedos de Ling Yiran sangraban sin cesar y todos los huesos de sus dedos habían sido quebrados, ¡ella insistía que había sido incriminada y que era inocente!

Esto hacía que ante sus ojos, Hao Yimeng encontrara a Ling Yiran extremadamente ofensiva.

¿Por qué esa mujer sufrió todo ese dolor y aún así insistió que era inocente? ¿Realmente pensó que si insistía en proclamar su inocencia no sería realmente culpable?

¡La ley mira la evidencia!

“Oh cierto, mejor conmemorarlo,” dijo Fang Qianmei y sacó su teléfono para tomar una fotografía de Ling Yiran revisando la basura.

Ling Yiran no sabía cuándo terminaría esta farsa pero estaba claro que iba a ser imposible salir del trabajo a su hora usual. También había metido en problemas a Hermana Xu al hacerla quedarse a buscar un anillo que no existía.

Ling Yiran se quitó los guantes plásticos que estaba usando, y alcanzó su teléfono para marcar un número. “Jin, soy yo, hoy estoy… hay una situación en el centro, me temo que llegaré tarde. Prepárate algo de cenar para ti, no tienes que esperarme.”