Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 332

"Por cierto, no has vuelto a la oficina en mucho tiempo. Tus antiguos colegas te extrañan mucho. Sin embargo, todo está bien ahora. Podemos reunirnos en cualquier momento que queramos", dijo Guan Lili mientras llevaba a Ling Yiran hacia la oficina. "Ya que estás aquí, ¿por qué no saludas a tus viejos colegas?".

Ling Yiran miró a Guan Lili. Ella ciertamente sabía lo que estaba haciendo.

En ese caso, ella simplemente debería enfrentarlos. Si ella escapaba, solo se reirían de ella.

"Está bien, los saludaré", Ling Yiran dijo generosamente.

Su actitud, por el contrario, sorprendió a Guan Lili. Después de todo, no era lo que ella esperaba ver.

Una vez dentro, Guan Lili aplaudió en la oficina principal y llamó la atención de todos. "Todos vengan y echen un vistazo. Yiran, nuestra antigua colega, regresó a vernos".

De repente, muchas personas en la oficina miraron en su dirección.

Mientras Ling Yiran miraba a su alrededor, ella vio una mezcla de antiguos colegas y nuevos que no conocía.

"Hermana Guan, ¿ella trabajó aquí antes? ¿Dónde está trabajando ahora?", preguntó un joven colega nuevo.

La pregunta era exactamente lo que quería Guan Lili, pero Guan Lili aún mostró una mirada de arrepentimiento y dijo: "Yiran solía ser la novata más prometedora que teníamos aquí, y la gente decía que en poco tiempo sería una gran abogada y sería muy solicitada por todos los despachos de abogados".

"Yiran, tu novio parecía bastante adinerado cuando fui de compras la última vez. ¿Por qué te ganas la vida entregando comida en un pequeño restaurante? No te dejes engañar. A muchas personas les gusta fingir como alguien que no son en estos días. Él probablemente no tenía mucho dinero, pero aun así fingía ser rico. Puede que deba un montón de préstamos en línea a tus espaldas", recordó Guan Lili como si estuviera preocupada.

Ling Yiran sonrió levemente. "Está bien, se lo preguntaré en otro momento".

Guan Lili solo sintió como si estuviera golpeando un clavo blando. Era como si nada de lo que dijera le importara a Ling Yiran.

Algunos de los recién llegados al bufete no tenían idea de por qué Ling Yiran había pasado de ser una abogada a una repartidora. Cuando Ling Yiran se dio la vuelta hacia la salida del bufete, ella escuchó a alguien detrás de ella haciendo la pregunta.