Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 347

"¿Qué ocurre?", preguntó Ling Yiran confundida cuando Yi Jinli se detuvo en seco.

"Nada", respondió secamente Yi Jinli con la cabeza gacha.

"¿Cómo te sientes ahora?", preguntó Ling Yiran cuando regresaron a la casa principal.

"Mucho mejor", respondió él.

"Incluso si tu dolor de estómago es un viejo problema, todavía tienes que ir al médico para que te lo cure cuando estés libre", dijo Ling Yiran. "Algunas enfermedades son leves a las que no prestamos atención y eventualmente se convertirán en algo serio".

"¿Estás preocupada por mí, Hermana?", dijo mientras una sonrisa se elevaba de las comisuras de su boca.

Ella se atragantó y quiso subir las escaleras. Estaba un poco avergonzada. Sin embargo, él de repente levantó la mano y la tomó directamente en sus brazos. "Está bien, te lo prometo. Encontraré el tiempo para encontrar un médico y poner mi cuerpo en orden. También me portaré bien y me tomaré la medicina que me compraste hoy. ¿Te gustaría un poco más si te escuchara?".

"¿Qué?". Ella estaba un poco anonadada. ¿Qué estaba diciendo? ¿Realmente acaba de decir eso? Oh Dios. ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo podía un hombre como él decir algo así?

Él bajó la cabeza. Con su rostro cerca del de ella, dijo con una voz que sonaba como un contrabajo: "¿Te gustaría más si te escuchara? Quiero gustarte".

Sí, él quería gustarle a ella. Todo lo que quería era que ella se quedara con él, pero ¿cuándo empezó a volverse codicioso y a querer más?

No era suficiente tenerla a su lado. Quería gustarle a ella. Quería que le gustara él solo. Quería que ella sintiera algo por él.

"¿Te gustaría?". Sonaba como el encantamiento más magnífico del diablo, invitándola a aceptarlo.

Afortunadamente, él no quería una respuesta, pero le dijo: "Puedes decírmelo cuando quieras".

Para cuando se despertó por la mañana, Yi Jinli ya no estaba en la casa. Fue un alivio para ella. Ling Yiran solo tenía que trabajar medio día el sábado.

Por la tarde, Ling Yiran recogió sus cosas y se dirigió al lugar que había acordado con Qin Lianyi.

Una vez que llegó al lugar, Qin Lianyi ya estaba allí. Su amiga estaba sentada en una silla en la tienda de postres. Tenía un celular en la oreja con una cara alargada, aparentemente escuchando a alguien al otro lado de la línea.

Al ver que Ling Yiran había llegado, Qin Lianyi le indicó que se sentara y le dijo al otro lado del celular: "Está bien, está bien. Prometo completar la tarea revolucionaria hoy. ¿Está bien? Mamá, deja de llamarme y… ¿Qué tal esto? Si llego a casa esta noche sin haber completado la tarea, ¡puedes castigarme haciéndome arrodillar sobre el teclado!".