Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 371

"¿Es así?" Preguntó profundamente mientras miraba significativamente su rostro que gradualmente había comenzado a ponerse rojo.

¡Timbre!

El ascensor llegó al primer piso. Caminaron hacia donde Bai Tingxin había estacionado su coche.

Qin Lianyi estaba ansiosa por despedirse de él. "Eso es todo por hoy. ¡Adiós!". Ella inmediatamente se dio la vuelta para irse.

Sin embargo, Bai Tingxin de repente extendió la mano y la agarró del brazo antes de abrazarla.

"¡Ah!" Qin Lianyi chilló suavemente cuando su nariz chocó contra el pecho de Bai Tingxin.

‘¡Eso fue doloroso!’ Qin Lianyi se frotó la nariz. Su nariz había experimentado un trauma similar varias veces en el pasado. Sin embargo, incluso si su nariz estuviera hecha de acero, no habría podido soportar tanto dolor.

Bai Tingxin se inclinó y acercó sus labios a sus oídos mientras susurraba, "¿No dijiste que mientras mantenga la boca cerrada sobre lo que sucedió en el hotel, aceptarías una petición mía?".

El aliento de Bai Tingxin le hizo cosquillas en los oídos a Qin Lianyi. Sintió que su cuerpo comenzaba a calentarse gradualmente.

"¿Qué... tipo de petición tienes?". Qin Lianyi se lamió los labios que estaban bastante secos.

"Quiero que me beses y digas que la persona que más te gusta soy yo", respondió Bai Tingxin.

'¿Eh?'.

Qin Lianyi estaba atónita. "¿Aquí?".

Bajo la luz de la luna, Qin Lianyi parpadeó mientras miraba al hombre frente a ella. La luz de la luna brillaba sobre su piel clara, dándole un brillo suave. Su par de ojos hermosos y cautivadores, nariz recta y labios sensuales. Sin duda, era una tentación a los ojos de uno, aunque solo estaba quieto en silencio.

Cuando se conocieron, Qin Lianyi quedó atónita por la apariencia de Bai Tingxin. Parecía guapo pero hermoso al mismo tiempo. Sin embargo, nadie lo confundió jamás con una dama.

Ahora, Bai Tingxin parecía mucho más hermoso que en ese entonces. Su disposición alegre mezclada con tristeza hacía que su brillante aura se atenuara. Sin embargo, le daba un aire misterioso que provocaba la curiosidad de los demás por conocerlo.

Qin Lianyi curvó lentamente sus brazos alrededor del cuello de Bai Tingxin mientras caminaba de puntillas suavemente. Un beso, era una tarea sencilla para ella; ella no estaba en contra de besarlo. Mejor dicho... lo disfrutó.

Por lo tanto, Qin Lianyi decidió saborear el momento y los sentimientos mientras aún estaban juntos. En cuanto al día en que terminaran, ella entonces calmaría sus sentimientos y lo tomaría como si lo hubiera hecho para pagar su deuda o simplemente salir con alguien casualmente.

Esos eran los pensamientos en su mente mientras besaba sus labios.