Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 372

Cuando Ling Yiran terminó de trabajar en el restaurante, le dijo a Zhuo Qianyun, su jefa, “Hermana Zhuo, ¿puedo tomarme mañana por la tarde libre? Quiero visitar la tumba de mi madre y rendirle homenaje".

Aunque el día siguiente era el Día de Limpieza de Tumbas, un feriado nacional, los feriados a menudo significaban que los restaurantes estaban llenos. Naturalmente, a los trabajadores de los restaurantes normalmente no se les permitía tomar vacaciones los días festivos nacionales.

Zhuo Qianyun estaba bastante sorprendida de que la madre de Ling Yiran hubiera fallecido. Por lo tanto, ella dijo, “Está bien, no hay problema. Ya que vas por la tarde, pídele a la cocina que te prepare algunos platos para llevar a la tumba como ofrenda".

"Gracias, pero está bien. Los prepararé yo misma". Ling Yiran quería cocinar los platos para su madre ella misma.

Cuando la madre de Ling Yiran estaba viva, todavía era una niña pequeña. Ahora que Ling Yiran se había convertido en adulta y sabía cocinar, quería mostrarle sus habilidades a su madre.

“Entonces me iré a casa ahora”, dijo Ling Yiran.

"Esta bien." Zhuo Qianyun parecía tener algo que quería decir, pero al final se lo guardó para sí misma.

‘Dado que Yiran dijo que no es cercana a Gu Lichen, no hay necesidad de que arrastre a Yiran a esto. En cuanto a Gu Lichen, tendré que hacer una visita cuando llegue el momento’.

Después de que Ling Yiran dejó el restaurante, no regresó de inmediato a la Residencia Yi. En cambio, fue al supermercado y compró algo de pescado, carne y verduras. Luego montó su bicicleta eléctrica a una tienda que vendía artículos de oración.

"Abuela Fan, por favor tráeme los tres juegos habituales de varillas de incienso y lingotes". Ling Yiran le dijo a la anciana que tenía más de 80 años y estaba sentada dentro de la tienda. Cada año, antes de que Ling Yiran fuera a la tumba para ofrecer oraciones y ofrendas a su madre, ella venía a la misma tienda para comprar las mismas cosas. Esto, por supuesto, fue una excepción cuando cumplía su condena.

"Es Yiran. Irás a la tumba mañana". Abuela Fan le dedicó una sonrisa casi desdentada a Ling Yiran.

"Sí, soy yo", respondió Ling Yiran.