Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 422

"Pero, incluso si Gu Lichen quisiera arrebatarte, no puede, ¿verdad? Porque la persona que te gusta soy yo, y la persona de la que estás destinada a enamorarte en el futuro también soy yo, ¿verdad?".

Yi Jinli murmuró en voz alta con su cálido aliento que luego le rozó la cara. Tan pronto como su voz se quedó en silencio, un beso también aterrizó en sus labios.

¡Él nunca dejaría que nadie más la tuviera, y ella solo sería suya!

...

Cuando Ling Yiran se despertó al día siguiente, Yi Jinli ya se había ido a trabajar. Después de que Ling Yiran desayunó, comenzó a preparar el almuerzo para Yi Jinli.

Las loncheras y los ingredientes estaban fácilmente disponibles en la Residencia Yi. Además, había un chef cerca que también había recibido instrucciones. Si Ling Yiran enfrentaba alguna dificultad o necesitaba ayuda, el chef le echaría una mano.

Después de que se prepararon las loncheras de Yi Jinli, Ling Yiran las miró y sintió que su habilidad parecía haber mejorado.

Ling Yiran tomó las loncheras y se dirigió al Grupo Yi. Sin embargo, debido a que el conductor de la familia Yi la llevó allí ese día, el guardia de seguridad en la entrada de la empresa se sorprendió cuando vio que era Ling Yiran quien se bajó del coche.

Aunque no muy pocas personas en la compañía habían difundido información sobre la misteriosa repartidora de comida, era probable que ella no fuera simplemente eso. De lo contrario, ¡cómo podría la repartidora haber ascendido de una pequeña bicicleta eléctrica a un coche privado tan rápido!

Especialmente ese coche... ¡Varios guardias de seguridad reconocieron que el coche pertenecía a la familia del presidente!

Además, ¡el conductor también era el conductor de la familia del presidente!

Para que a ella la recoja el conductor del presidente——¡Nadie creería si alguien dijera que no pasa nada entre ella y el presidente!

De hecho, Ling Yiran ya estaba familiarizada con los guardias de seguridad. Cuando pasó junto a ellos, incluso se tomó la libertad de saludarlos primero. "Buenas tardes”.

“Buenas… Buenas tardes…”, respondieron varios de los guardias.