Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 65

El frío destello en sus apasionados ojos hizo que Xiao Ziqi sintiera un escalofrío recorrer su cuerpo.

“Cuando no deberías preguntar algo, no lo hagas. ¿Por qué el Sr. Xiao ni siquiera entiende esto?”, dijo Gao Congming a su lado.

El rostro Xiao Ziqi se puso pálido y se retiró sintiéndose avergonzado.

Yi Jinli se apoyó contra el respaldar del sofá y sacó un celular barato. Solo había un número de teléfono en la lista de contactos.

Pulsó ese número. Luego de un momento, una dulce voz femenina sonó desde el otro extremo del teléfono.

“Hermana, ¿qué quieres cenar? Lo llevaré para ti”, dijo él suavemente. El frío en sus ojos fue reemplazado por ternura.

Esa noche, Ling Yiran estaba limpiando el marco de fotos que sostenía la foto de su madre con una toalla de papel. Había ido a comprar una pequeña mesa solo para colocar esta fotografía en el pequeño apartamento de alquiler. El marco de fotos había sido colocado sobre la mesa y ella lo limpiaba cada poco día.

Todas las pertenencias de su madre se habían quedado con la familia Ling. Esta foto era el único objeto con el que ella se había quedado para rememorar sobre su madre.

Mientras limpiaba el marco de fotos, Yi Jinli estaba sentado a un lado, mirándola en silencio.

“Oh, cierto. Jin, es casi Año Nuevo. ¿Tienes un… uh, un boleto de tren?”, preguntó Ling Yiran. En los últimos dos días, muchos de sus colegas del Centro de Servicio de Saneamiento habían tenido dificultades para conseguir pasajes de tren para el viaje de regreso a casa para celebrar el Año Nuevo con sus familias.

De pronto, Yi Jinli se percató de lo que ella estaba tratando de preguntar. “No necesito comprar ningún pasaje”.

“¿No debes ir a casa?”, preguntó ella con sorpresa.

Ella dudó por un momento y no pudo evitar preguntar, “¿qué hay de tus… padres? Están…”

Su rostro cambió ligeramente. Él la miró con sus ojos extremadamente bellos. Daba la impresión que sus ojos estaban cubiertos por una capa de seda, haciendo que nadie pudiera ver lo que él estaba pensando en ese momento.

Ling Yiran se mordió el labio. “Si no quieres decirme, solo pretende que no pregunté”.

“¿Te gustaría saber, Hermana?”, preguntó él, su voz con un toque de frialdad involuntaria.

“Yo solo quería saber más sobre ti. Sin embargo, si no quieres hablar sobre esas cosas, entonces no hablemos sobre ellas. En todo caso, el pasado no es importante. Solamente debemos mirar hacia adelante, ¿cierto?”, preguntó ella.

Sus largas pestañas temblaron ligeramente, y luego cayeron suavemente. “Mi padre murió. El día que nos conocimos era el aniversario de muerte de mi padre. Ese día, él murió en el lugar donde yo estaba sentado en la carretera”.