Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 776

"Sí". ¡Su respuesta una vez más la hizo tener sentimientos encontrados!

"¿Por qué hiciste eso?".

"¿Por qué?". De repente, él levantó los brazos, casi abrazándola con cuidado. "¿Y tú? ¿Por qué querías ir a un doctor para que te hipnotizara? ¿Quieres recuperar los recuerdos de Gu Lichen y tú? ¿Estás tan apegada a ese recuerdo? Solo han pasado un dia juntos desde que eran pequeños, y ahora me tienes a tu lado".

Su voz estaba tan tranquila. Era como si él solo estuviera hablando de algo común.

Sin embargo, eso le parecía tan aterrador a ella.

‘Él incluso sabe que... ¡Gu Lichen y yo solo pasamos un día juntos! ¡Es como si él lo supiera todo y yo soy la única que no!'.

Él pareció sentir que el cuerpo de ella se tensaba y la abrazó con más fuerza. Sus labios estaban cerca de su oído mientras él continuaba susurrando: "No busques ese recuerdo de nuevo. ¿No es suficiente que me tengas a mí?".

'No. No tengo que recuperar ese recuerdo. He decidido enterrarlo todo y mantenerlo como mi pequeño secreto’. "Gu Lichen y yo...".

Sin embargo, ella había empezado a hablar cuando él la interrumpió.

"Es suficiente. ¡Detente! ¡No quiero escuchar lo que está pasando entre tú y Gu Lichen!". Él la abrazó firmemente, no queriendo escucharla decir cosas que no quería escuchar.

"Jin, escucha... escúchame...".

"¡Como dije, no quiero escuchar nada que tenga que ver entre tú y Gu Lichen! No me importa lo que les pasó a ti y a él en la colina ayer. Puedo aceptarlo como si nada hubiera pasado, pero a partir de ahora, ¡no tengas ningún contacto con él! No lo pongas en tu corazón. ¡No lo menciones, pienses en él o lo extrañes!".

Sus brazos parecían querer incrustarla completamente en su cuerpo.

¡Eso era lo más lejos que él podía llegar! ¡Nunca pensó que él cedería tanto por una mujer!

Sus ojos eran tan profundos que ella no podía verlos con claridad.

Ella enseguida sintió que su corazón palpitaba de dolor. ‘¿Acaso mi explicación de ayer, así como mis miedos y decisiones, no le importaban en absoluto?’.

"Está bien, dejémoslo así", él dijo, tomándola de la mano y llevándola a la cocina.

En un mostrador de la cocina había un pastel con la mayor parte de la decoración hecha.

"¿Se ve bien? Tu pastel de cumpleaños estará listo en un rato. Si no quieres desayunar, puedes almorzar conmigo más tarde", él dijo con una sonrisa.

Era el mismo tono de voz y la misma sonrisa. Todo parecía igual que de costumbre.