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"Eres un buen partido. Podrías atraer a muchas mujeres buenas", dijo Ling Yiran, quien ya estaba llena de cicatrices en lo que respecta al amor y las relaciones.
Guo Xinli estacionó el coche en la puerta del vecindario donde ahora vivía Lil Yan. Luego, se rascó la cabeza con timidez y dijo: "Tal vez de eso se trata enamorarse. Solo quiero intentarlo".
Por una fracción de segundo, Ling Yiran no sabía qué decir. 'Intentarlo. ¿No tuve la misma idea con Yi Jinli?'. Cuando Yi Jinli quiso tenerla a su lado y le confesó su amor, ella lo intentó.
Desafortunadamente, ella perdió de todos modos.
Después de llevar a Lil Yan a casa, Guo Xinli llevó a Ling Yiran a la entrada del edificio de su apartamento.
"Yiran, no necesitas sentir ninguna presión. Tal vez... Después de unos años, si aún no te gusto, me rendiré", él dijo.
Ling Yiran podía sentir la bondad de Guo Xinli. Él probablemente dijo esto porque no quería que sus sentimientos por ella se convirtieran en una carga.
Después de despedirse de Guo Xinli, Ling Yiran regresó a su apartamento y abrió la puerta solo para congelarse cuando vio a la persona sentada en la habitación.
¡Yi Jinli!
¡Era la segunda vez que él aparecía tan ‘abiertamente’ en su apartamento!
Era... ¡Era como si estuviera entrando en una tierra de nadie!
"Estás de vuelta". Yi Jinli levantó la mirada. Él arqueó levemente sus largas cejas y esos hermosos ojos la miraron.
Sus ojos brillaban como la superficie de un lago en primavera. Era como si uno se dejara seducir con una sola mirada.
Ling Yiran se congeló en el acto y miró al hombre sentado elegantemente en el taburete de su casa.
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