Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 901

Los labios de él descansaban en las manos de ella que se estaban calentando mientras él hablaba. "¿No quieres ser mi Hermana? Querías ser mi Hermana cuando estabas borracha. Si quieres, podemos volver a como solía ser, o incluso si no quieres volver a la Residencia Yi, puedo vivir contigo en ese apartamento como antes".

Sorprendida, Ling Yiran instantáneamente levantó la cabeza y lo miró con sorpresa.

Los delgados y sensuales labios de él estaban presionados contra su palma mientras su ligero y cálido aliento rociaba su mano.

Su rostro se veía hermoso con esos rasgos delicados, y sus ojos eran hermosos. Era como si él hubiera fusionado los dos opuestos, pureza y amorosidad, hasta tal punto que uno no podía apartar los ojos de su rostro.

'¿Quiero ser su Hermana? ¿Quiero volver a como era antes?’. Ling Yiran se preguntó a sí misma. 'Quizás... ese fue el momento más cálido y desinhibido para mí’.

'En ese entonces, ¡sentía que tenía una familia y ya no me sentiría sola!’.

'Nunca me esperé el amor. Solo quería el afecto familiar'.

Un momento después, la sorpresa en los ojos de ella disminuyó gradualmente y se volvió calmada e indiferente nuevamente. "Yi Jinli, hemos terminado, así que no hay forma de que podamos volver a estar como solía ser antes. No tienes que insistir en que sea tu hermana. Si quieres experimentar lo que se siente ser un hermano, estoy seguro de que hay muchas mujeres a las que les encantaría ser tu hermana".

Los ojos de él se volvieron fríos y sus dedos apretaron su mano con fuerza. ¡Ling Yiran inmediatamente sintió un dolor en su muñeca!

"¿Eso significa que prefieres quedarte con alguien como Guo Xinli que conmigo?", él preguntó con frialdad.

"Manténlo fuera de esto", dijo Ling Yiran.

"¿Qué ocurre? ¿Estás preocupada por él? ¿No dijiste que no te gusta? Incluso si hemos terminado, ¿por qué elegiste a un hombre como él? ¿Qué tiene de bueno?", él dijo.

Ella sintió como si una fuerte mirada la estuviera mirando durante todo el tiempo.

Ella respiró hondo cuando entró al apartamento y se sentó en la silla con las piernas un poco débiles.

Había una marca roja en su muñeca. En el coche, él solo había soltado los dedos cuando ella gritó de dolor.

Luego, él bajó la cabeza y besó la marca roja en su muñeca. "No me hagas enojar, ¿de acuerdo? Me temo que podría lastimarte si me enojo".

Sus suaves murmullos eran tan dulces.

Sin embargo, ¡él había sido el que más la lastimó! Ella quería estar lejos de él y olvidarlo en paz, ¡pero él seguía molestándola!