Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 906

Aunque había ordenado a sus hombres que la detuvieran, ¡él quería verla con sus propios ojos y preguntarle sobre el niño!

Sin embargo, cuando vio al niño, él se sorprendió por segunda vez.

No esperaba que fuera el niño que se había encontrado antes.

Él sentía un extraño afecto por el niño e incluso quería apadrinarlo.

'¡No esperaba... que el niño fuera de ella!'.

Ye Wenming se inclinó, sus profundos ojos negros mirando al pequeño frente a él. Él miró a esos ojos que eran similares a los suyos.

"¿Cuál es... cuál es tu nombre?", él preguntó con voz ronca.

"Lil Yan, pero es solo un apodo. Mi nombre completo es Zhuo Yan". El pequeño le sonrió a Ye Wenming.

Cuando vio la sonrisa, Ye Wenming finalmente supo por qué sentía un extraño afecto por el niño. ¡Era porque su sonrisa se parecía a la de Zhuo Qianyun!

'¿Zhuo Yan?'.

"¿Dónde está... dónde está tu papá?". Su voz se volvió más ronca.

Al escuchar esto, la cara de felicidad del pequeño inmediatamente se puso un poco hosca. "Él ya no está. Mami dijo que Papi está en el cielo".

'¿En el cielo?'. Ye Wenming levantó al pequeño y se acercó a Zhuo Qianyun, que ya estaba pálida.

"Dame... el niño", ella dijo con un temblor en su voz.

"Zhuo Qianyun, si no quieres hacer el ridículo frente al niño, entonces ven conmigo ahora", dijo Ye Wenming con frialdad.

"¿Qué hay de la Abuela? ¿La Abuela no vendrá con nosotros?", preguntó el pequeño dubitativo.

Zhuo Qianyun no pudo evitar mirar en la dirección donde estaba la Señora Zhuo debería estar en este momento. "No... Llamaré a la Abuela y le diré que tomaremos el tren la próxima vez".

Lil Yan estaba triste por no poder tomar el tren hoy, pero debido a que se encontró con el tío que una vez lo ayudó a recuperar su aparato auditivo, él con alegría y entusiasmo le contó a Ye Wenming cómo podía oír y qué tan bien podía hablar ahora.

Ye Wenming también interactuó con Lil Yan y le respondía algunas de las preguntas que Lil Yan le hacía, mientras que Zhuo Qianyun, que estaba escuchando a su lado, tenía sentimientos encontrados.

Él ni siquiera quería al niño, pero ahora estaba hablando pacientemente con el niño.

¡Que irónico!

Un coche ya estaba esperando fuera de la estación de tren. El subordinado de Ye Wenming que lo siguió hasta aquí abrió la puerta del asiento trasero.