Adiós, mi falso matrimonio romance Capítulo 117

Sofía estaba hambrienta, ya que sólo había tomado un poco de té, y los bocadillos se quedaron sin tocar. Ahora, a ella no le importaba la Señora Cibeles o Isabel, pues lo que quería era llenarse. Leonardo era serio con su actuación, así que tomó algo de comida para ella e incluso susurró:

—Tómatelo con calma, o tu estómago te lo reclamará.

La Abuela Cibeles levantó la vista.

-Sofía, he programado una cita para ti. Cuando Leonardo tenga su día libre, pídele que te lleve al médico. Tienes que tratar esa dolencia lo antes posible.

Sofía miró a la Abuela Cibeles, pensando que la anciana sólo mencionó de forma pasajera, por lo que se sorprendió de que la Abuela Cibeles actuara tan rápido.

Leonardo repitió:

-Entendido.

Isabel miró a Sofía y a Leonardo, y luego bajó la mirada. Al parecer, pensando en algo, Sofía se frenó un poco. Un momento después, tomó un pedazo de panza de cerdo y mordió la carne, dejando sólo la piel. Luego, se lo dio a Leonardo.

-Ah, esto es demasiado aceitoso para mí. Aquí tienes.

La Señora Cibeles estaba aturdida.

-Tíralo si no te gusta. ¿Tú mordiste una parte y le das a Leonardo lo que sobra? No está bien.

Los cubiertos de Sofía estaban todavía a milímetros de Leonardo.

—¿Por qué? No es la primera vez que él hace esto. Somos una pareja, -respondió con sinceridad, aunque se sintió encantada. El plan de Sofía era asquear y disgustar a todos los presentes, incluyendo a Leonardo.

Leonardo miró la piel y luego miró a Sofía. Aunque ella lo miraba de manera ¡nocente, detrás de esa mirada ¡nocente, se regodeaba. Leonardo se comió la piel, para satisfacción de Sofía. Luego, ella le limpió la boca, aunque no había nada en ella.

-Ahora sí que estás hambriento, cariño.

Leonardo tomó de manera tranquila un trozo de carne y mordió la parte grasosa antes de entregarle el resto.

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