Entrar Via

Adoptando a la hija del CEO romance Capítulo 13

Sigo caminando por el pasillo de un lado a otro, sin alejarme mucho de la habitación que nos habían asignado, tenía miedo de alejarme mucho y de que algo malo sucediera.

El estar caminando de una esquina a la otra de aquel pasillo y estar sumida en mis pensamientos, hace que ignore a la persona con quien he chocado.

—Lo siento.

Me disculpo de inmediato, puesto a que había sido yo quien estaba despistada y no sé fijó por dónde caminaba.

—Fíjate por dónde caminas.

Miro a la persona con la que he chocado y me enfurece su tono de voz.

—Me he disculpado.

—No es lo que me interesa, fíjate por dónde caminas.

Estaba a punto de responderle, pero el hombre que estaba con él se me adelanta.

—Controla tu vocabulario.

—Eso, controla tu vocabulario muchachón.

—¿Otra vez usted?

—Sí, otra vez us...

Me callo de inmediato al ver que estaba repitiendo lo que aquel hombre decía. Miro al anciano que estaba con ese hombre joven y prepotente y me sorprende el aura que transmitía. Era sin duda un aura fuerte y poderosa.

—Lo siento, señor. No quise imitarlo. Yo... ¡Ah! Usted es el del restaurante. ¿Se siente mejor?

—Lo estoy.

Inconscientemente, sonrío al ver que él estaba mejor, aunque estaba en sillas de ruedas.

—¿Está seguro de que está bien, señor?

—Lo estoy muchacha, gracias por el otro día.

—No hay de qué, no podía dejar que pasará a mayores.

—Lo entiendo, aun así, muchas gracias.

—Debe cuidarse más, a su edad es propenso a sufrir cualquier cosa.

Caigo en cuenta de inmediato que había dicho una estupidez, pues era obvio que lo traté de anciano y de alguien que no sabe cuidarse o eso era lo que yo pensaba.

—Lo lamento, no quise ofenderlo. Solo quería decir que debe cuidarse más o podrá pasarle algo peor que en el restaurante.

—Ya es hora de que te vayas.

Miro al joven prepotente y quién me caía muy mal, decido ignorarlo y regresar mi mirada al anciano.

—Con todo respeto señor, pero creo que su hijo es alguien prepotente y grosero.

—Eso no es de tu incumbencia.

—Lo es, ya que estás siendo grosero conmigo.

—Entonces vete y piérdete de mi vista.

—Mira muchachón, para tu información no podré irme, puesto a que tengo que cuidar de alguien. Además, yo estaba aquí antes que tú, así que eres tú quien debe irse.

¿Otra vez usted? 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Adoptando a la hija del CEO