Entrar Via

Adoptando a la hija del CEO romance Capítulo 22

Este hombre da miedo cuando se lo propone. Mi cuerpo se ha erizado por completo al ver su aura dominante. ¿Por qué es tan cruel?

Luego de que se fuera sin antes advertirme nuevamente que vendría alguien con los papeles para el certificado matrimonial, me desplomé. Mis piernas me fallaron tras volverse gelatina y caer al suelo.

Aún me sorprendía que fuera capaz de controlar el llanto de Mía y de que volviera por ello, aunque él no lo reconozca, una parte de mí dice que ha vuelto por Mía, pero por su comportamiento comienzo a dudarlo. Creo que ha usado su llanto como una estrategia para conseguir que finalmente aceptará firmar los malditos papeles.

No me moví durante un buen tiempo. Los pensamientos de tener que realizar el funeral a mi abuela o a mi hija, me daba temor. Tanto, que mi cuerpo no ha dejado de temblar.

¿Por qué me debe pasar esto? ¿Por qué?

—Señorita... Señorita...

—¿Qué...?

Levanto mi mirada y observo a un hombre de unos cuarenta años, tenía algunas canas ya asomándose por su cabellera y había otro de no más de treinta, muy guapo. Sus ojos son color miel y su cabellera es rubia con tonos cobrizos, muy llamativa a la vista y más cuando se ha acercado para hablarme.

—¿Se encuentra usted bien, señorita?

—¿Eh? Yo... Si, lo siento. Estaba en mi mundo.

—Permítame ayudarla.

—Gracias.

Acepto sus manos y me coloco de pie con su ayuda, aunque las piernas intentan fallarme de nuevo por haber estado en una misma posición por mucho tiempo. Él me ayuda a que no me caiga de nuevo y me ayuda a sentarme al lado de la cuna, en el sillón.

—Permítame presentarme, me llamo Kevin Smith. Soy el abogado principal del señor Jason White. Él es mi colega, el señor Roger. ¿Es usted la señorita Zoe?

—Así es, soy yo.

—Es un placer conocerla.

—El placer es mío.

—Hemos venido con los respectivos documentos para el certificado matrimonial entre usted y el señor White.

—Ya veo.

—¿Está usted bien?

Dudaba sobre decir la verdad o mentir, al final he optado por la última opción.

—Sí, no se preocupe.

—Señor Roger, le importaría dejarnos a solas un momento. Por favor.

— Por supuesto, señor Smith.

—Gracias.

El hombre de mayor edad sale de la habitación dejándome a solas con el más joven. ¿Por qué le abra pedido que saliera?

—¿Puedo llamarla Zoe? Honestamente, las formalidades no me gustan mucho, aunque deba hacerlo por mi trabajo.

—Sí, está bien. No hay problema.

—Zoe, por favor, llámame Kevin.

—De acuerdo.

Él se acerca a mí y se agacha para hablar conmigo como si fuera una niña pequeña a la cual deben explicarle la situación con muñequitos.

—Escucha Zoe, me gustaría ser tu amigo.

Certificado matrimonial 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Adoptando a la hija del CEO