Alfa Dom y Su Sustituta Humana romance Capítulo 706

Punto de vista de Lila

No me sentía bien.

No sé si fue algo que comí; tal vez comí demasiado pastel. O tal vez bebí demasiado, solo tomé un par de copas de vino como máximo.

Pero de repente me sentí mareada. También sentía una ola de calor cruzando mi rostro. Mi corazón latía fuerte y necesitaba sentarme antes de desmayarme por completo.

-Lila, ¿por qué no te llevo a tu habitación para que puedas acostarte?, - sugirió mi madre, sentándose a mi lado en el sofá. Me enfrenté a unos ojos preocupados mientras intentaba controlar mi respiración.

-Estoy bien, - le digo.

Odiaría irme temprano de mi propia fiesta. Mis padres trabajaron tan duro para que esta noche fuera perfecta y no quiero decepcionarlos.

-Estás ardiendo, tal vez tienes fiebre.

-No quiero ser descortés, - digo, mirándola. -Algunos Alfas viajaron desde lejos para estar aquí.

-Tu salud es mi única preocupación en este momento.

Sabía que no había forma de discutir con ella; aunque no estaba segura de poder llegar a la cama por mi cuenta. Me sentía extremadamente mareada. Tan pronto como me puse de pie, casi me caigo de nuevo. Miré la copa de vino sobre la mesa; solo tomé unos sorbos antes de empezar a sentirme mal.

Estaba completamente bien antes; me preguntaba qué estaba mal de repente.

Mi madre me rodeó con el brazo para mantenerme estable. Pasamos por la multitud de invitados que me observaban con las mismas expresiones preocupadas que mi madre. Mientras caminábamos hacia las escaleras de la casa de la manada, mis ojos encontraron los de Enzo desde el otro lado de la habitación.

Él también me estaba mirando, aunque otro Alfa le estaba hablando. No parecía que Enzo le estuviera prestando atención. Sus ojos se oscurecieron al ver mi rostro. Logré apartar la mirada mientras mi madre me guiaba hacia arriba por las escaleras.

Cuando llegamos a mi habitación, mi madre me arropó en la cama, ajustando mi almohada.

-Voy a llamar a un médico, - insistió. -Estás ardiendo.

Debo haberme quedado dormida en algún momento porque cuando me desperté, había un hombre parado a mi lado. Lo reconocí como nuestro médico de la manada. Había un paño frío sobre mi cabeza, aliviando mis ardientes rasgos.

Al moverme, sentí un pequeño pinchazo en el brazo y me di cuenta de que tenía una vía intravenosa con un líquido goteando en mi cuerpo.

-Oh, qué bien que estás despierta, - dijo. -Has estado dormida toda la noche.

-¿Toda la noche?- Jadeé. -Pero la fiesta...

-Me temo que la fiesta ha terminado. Pero no tienes que preocuparte, tu familia se encargó de todo.

Sentí una ola de decepción; no podía creer que me perdiera el resto de mi cumpleaños número 18. Ni siquiera había recibido a mi lobo todavía.

-¿Qué me pasó?- pregunté, mirando al médico.

-Te envenenaron con Wolf Bane, - me dijo el médico; mi corazón se hundió en el estómago.

¿Me envenenaron? ¿Quién haría algo así?

-No entiendo...- dije con voz ronca. -¿Me envenenaron?

-Me temo que sí, - dijo, mirándome con cuidado. -¿Había alguien inusual en tu fiesta? ¿Alguien que no conocieras?

Negué con la cabeza, tratando de recordar los eventos de la noche anterior.

-No, conocía a todos allí. Eran todos mis amigos y familiares...- le dije.

Antes de que el médico pudiera hacer más preguntas, hubo un golpe en mi puerta. Brianna asomó la cabeza. No esperaba verla aquí esta mañana y me sentí aliviada de que estuviera aquí.

El médico nos dejó solas para ponernos al día.

-¿De verdad te envenenaron?- preguntó, metiéndose en la cama a mi lado.

-Supongo que sí, - le digo. -Solo recuerdo tomar unos sorbos de vino y luego sentirme mal. No recuerdo mucho después de eso.

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