Enola creando una espada con magia, se la colocó en el cuello dejando a todos atónitos, ¿Ella está a punto de asesinar a Katriona sin importar que esta tenga a su hijo entre brazos?
―Te lo suplico. ―Rogó Katriona aun sin saber lo que estaba pasando. ―Estoy arrepentida por todo lo que hice. ―Sollozó. ―Ahora que he estado encerrada junto a mi bebé, me he dado cuenta de que el camino y las decisiones que tomé fueron un completo error. ―Al sentir el frío metal en su cuello, todo su cuerpo se erizó.
―No mereces el perdón de nadie. ―Apretó la espada un poco más contra su cuello.
―¡Te lo suplico! ―Katriona chilló. ―Perdóneme la vida, luna del alfa. ―Sosteniendo a su hijo con un solo brazo, tocó los pies de Enola con su mano libre. ―Tenga piedad de mí. ―Intentó alzar la cabeza, pero el pesado metal se lo impidió.
―Tus súplicas no son nada para mí. ―Alzó la espada y todos se paralizaron, Katriona soltó un grito lista para morir. ―O mejor. ―Se detuvo justo cuando creyeron que realmente la mataría. ―Serás mi esclava personal desde ahora. ―Tanok no podía apartar la mirada de su mujer, realmente ella había cambiado muchísimo, es fría, dura y fuerte.
―Gracias, muchas gracias. ―Chilló Katriona con el corazón en la garganta. ―Prometo que no la voy a defraudar. ―Enola la miró como si se tratara de algo sin importancia.
―Hablarás solamente cuando yo te lo pida, de lo contrario no quiero escuchar tu asquerosa voz. ―Giró para mirar al consejo una vez se deshizo de la espada. ―Quiero la liberación de Kato en este preciso instante. ―Todos miraron inmediatamente a Tanok. ―Soy yo quien lo está ordenando.
―Te lo dejé en claro, Kato permanecerá en su celda. ―Enola miró a ese tonto que no para de enojarla.
―¿Serás tú quien me detenga? ―Ladeó la cabeza. ―Al contrario que tú, mis palabras no son vacías, Tanok, llévame la contraria y te arrepentirás mucho más de lo que lo estás haciendo. ―Inclinando levemente su cabeza, se despidió del consejo y se marchó con Katriona tras de ella. ―No te acercarás a mis hijos. ―Dijo sin detener los pasos. ―Me atenderás exclusivamente a mí; prepararás mis baños, peinarás mi cabello, estarás atenta a mi ropa y todas mis obligaciones como luna de esta manda. ―No pensaba decirle que Tanok ya no significaba nada para ella, ni mucho menos que es la creadora de todas las criaturas de la noche. ―Pero antes te darás una ducha, das asco. ―Enola se detuvo para mirarle el gesto, Katriona bajó la mirada al instante, para sorpresa de Enola no se mostró altanera.
―Gracias, luna del alfa. ―Hizo una reverencia y esperó más órdenes.
―Vivirás en la pequeña cabaña que ordené construir para ti, con eso debe bastarte, después de todo no tienes nada más que a tu hijo. ―Miró al bebé antes de marcharse.
Kato entrecerró los ojos al ver la luz después de dos semanas, nunca había sido un cautivo y la primera vez él mismo lo aceptó por estar cerca de la mujer que se niega a abandonar aun cuando ella no quiere nada de él.
―Enola. ―La aludida giró al escuchar su voz. ―Gracias por sacarme de ese lugar. ―Sonrió. ―No me importó que me encerraran, yo no pienso renunciar a ti, estaré siempre que lo necesite y…
―No necesito nada de ti. ―Lo cortó. ―Vete a tu hogar, Kato, no perteneces aquí. ―Siguió su camino.
―¿Por qué esa actitud? ―Le preguntó dolido por su comportamiento. ―¿Acaso recuperar la memoria te cambió?
―No, recordarlo todo simplemente sacó lo que realmente soy. ―Lo miró. ―Ya tienes mi perdón, no hay necesidad de que te arrastres más. ―Su frialdad descuadró a Kato, si bien ella era fuerte y justo por eso se sintió atraído por ella, ahora es una mujer muy cruel.
―No me importa, seguiré aquí para ti, sin importarme lo que digas, sin interesarme lo que Tanok y todos aquí puedan hacerme. ―Enola siguió su camino sin prestarle atención.
Tanok que lo estaba viendo todo desde lejos, sintió tantos celos que su lobo exigió salir con tanto ahínco que casi se le hacía imposible controlarlo. ¿Cómo se atreve ese miserable a acercarse a su mujer?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró