Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 61

―Deberíamos estarnos preparando para recibir a nuestra hija. ―Tanok no la escuchó, le arrancó la blusa. ―Tanok, no… no… ―Lo señaló a par que retrocede, pero su hombre está hambriento de ella y sabe muy bien que no va a retroceder. ―¡Tanok! ―Chilló al verse contra la cama y su hombre aprisionándola para que no escape.

―Nuestra hija llegará más tarde. ―La olfateó, joder, como le encanta ese olor a su cachorrita. ―Me pones jodidamente loco, me vuelvo un pervertido cuando te tengo frente a mí. ―Aquella mirada oscura hizo jadear a Enola. ―Ahora sé una buena loba y abre las piernas para tu alfa. ―Se las abrió a tope y aspiró el olor del coñ0 recién bañado de su mujer. ―Apetitosa como siempre. ―Sin poder esperar un segundo más, hundió la cara entre las piernas de su mujer e inició a degustar ese paraíso que tanto le fascina.

―Dioses. ―Enola se retorció, ¿Cómo no dejarse siempre hacer por su hombre? Ama que la lleve al cielo con su boca y la baje al infierno con su poll4. ―Cielo… Mmmm. ―Gimió desesperada por el placer, su hombre no deja ni un centímetro de su humedad sin lamer, morder o succionar, él la está enloqueciendo, la está llevando a un límite que la hará explotar.

Tanok se volvió un desquiciado, se alimentó, bebió y disfrutó todo lo que ocasionaba en su mujer gracias al sex0 oral que le estaba haciendo. Se la quería devorar por completo, no se cansa de disfrutar a su mujer siempre que puede.

―No, ven aquí. ―Tiró de ella en cuanto intentó huir. ―Quiero disfrutar también de tu cul0, me encanta como hueles. ―Mordió su labio al abrirle las nalgas. ―Eres tan apetitosa… no sé como te enojas conmigo cuando esos imbéciles con los que trabajan te miran con ganas de devorarte. ―Enola jadeante y con la boca seca, lo miró.

―Deja los celos y hazme tuya, quiero sentirte. ―Exigió sin ningún control, ahora lo que quiere es que su hombre la deje tan adolorida que no quiera caminar.

―Me gusta cuando pierdes el control. ―Inició a besarle las nalg4s. ―Pero más me fascina cuando te pones exigente con tu hombre. ―Tanok pasó la lengua desde el inicio de su coñ0 hasta el final de sus nalgas. ―Eso es, cachorrita… quédate muy quieta. ―Enola se tensó más que por su voz, por lo que se venía.

La poll4 de su marido se está abriendo paso entre su carne y como siempre el tamaño la supera, irse sintiendo llena la excitó un poco más, pero el saber que ni siquiera había llegado a la mitad, le hizo aferrarse de las sabanas y hundir la cara en la cama.

―Dioses. ―Chilló por la repentina nalgada acompañada de tal estocada que la ha dejado sin aire. ―Cielo… ―Gimió enloquecida, está tan empapada que ya la cama está igual. ―Mmmm. ―Siguió gimiendo fuerte para el placer de su marido.

Las nalgadas, las caricias, los gruñidos de su alfa y aquellas penetraciones la arrastraron al infierno por lo inmoral que es la manera de disfrutar ser follad4 por su hombre. Gritos, esos son los que salen de su boca, su marido ya no tiene compasión con ella, se hunde una y otra vez, una mas fuerte que la otra.

―Mierd4. ―Gruñó Tanok acostándola totalmente. ―Me encanta como se ve tu diminuto cuerpo bajo el mío. ―Se pegó totalmente a su mujer, así quitándole toda posibilidad a moverse. ―Caraj0s… estoy loco por ti, ¿Lo sabías? ―Tortura, eso es lo que estaba haciendo él al hablarle con ese tono tan bronco al oído. ―Dime, cachorrita, ¿Sabes que este alfa estúpid0 está muerto por ti?

―¡S… sí! ―Grito enloquecida por la ráfaga de placer que estaba sintiendo. ―Lo sé, amor… lo sé. ―Su confirmación sonó a ruegos y eso mató a Tanok.

¿Cómo no desear follársela siempre que puede? ¿Cómo no desear a su mujer cuando es perfecta? ¿Cómo puede resistirse él a su aroma y sabor? Perdiendo totalmente la cordura, tiró de su mujer y tras sentarse, la obligó a sentarse sobre su erección, ahora lo único que quiere es ver esos hermosos ojos acuosos por el placer y repleto de lujuria.

―Te voy a embarazar. ―Gruñó mordiendo sus pechos. ―Me darás otro hijo y no está en discusión. ―Enola no podía dejar de chillar, arquearse y empaparse, la verg4 de su hombre es lo más apetecible del mundo, es delicioso.

―Y… ya tenemos tres. ―Mordió su labio con fuerza para aguantar el grito por aquella mordida a su pezón, no le ha gustado su negativa. ―Así estamos bien. ―Se aferró a los hombros de su marido y sacando las garras las enterró en su piel hasta hacerlo sangrar. ―No quiero iniciar después de diez años… quiero esto… tú y yo y mucho sexo. ―Tiró de él para besarlo, sin duda no es el momento para tener esa discusión.

―Aaarrggg. ―Cada músculo en Tanok se tensó de manera dolorosa, su mujer da sentones tan fuertes que puede sentir como su poll4 llega más allá de lo que debería. ―Me encanta… esto me enloquece. ―Miró anonadado los pechos de su mujer rebotar cada vez que ella se mueve. ―No te detengas, nena… sigue así. ―Cerró los ojos con fuerza, de seguir mirándola así de dejará vencer. Enola ladeó la sonrisa e incrementó sus movimientos.

―Me encanta lo loco que estás por mí. ―Su arrogancia fue todo para que Tanok dejara de pensar y perdiera todo rastro de sensatez. Tomó a su mujer en brazos y tras pegarla a la pared, inició a moverse como si no hubiera un mañana, sin medir su fuerza y dispuesto a convertirse para follársela con más locura.

Capítulo 61: Tensión 1

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