Amante peligroso romance Capítulo 284

Esta noche, cuando vio la ropa de cama debajo su cama, le dio un ataque de dolor de cabeza. No podía deshacerse de esa persona. No sabía si era porque se volvió más sinvergüenza después de perder la memoria, o él sabía que ella no le echaría, sus actos eran cada vez más inescrupulosos e irrazonables. Hizo todo lo posible para quedarse todas las noches en su habitación, para él era feliz incluso si dormía en el suelo.

-Denisita, déjame calentar los pies.-

Esa persona, como todas las noches anteriores, subió a su cama y quiso calentar sus pies.

No importaba cómo le negaba con frialdad, él lo hacía sin hacerle caso.

Mantuvo la expresión fría y dejó a la persona que estaba al final de la cama que calentara sus pies como siempre, no porque no se negó, sino porque resultaba que esta persona se volvió más persistente después de haber olvidado todo.

De todos modos, no importaba cómo se negaba, o cómo le soltaba palabras malsonantes, al final, ella no podía escapar de sus manos que sostenía sus pies y los ponían sobre sus rodillas.

Miró la cabeza del hombre, que la tenía agachada, y uno o dos mechones negras de su frente caían naturalmente cubriendo sus hermosas cejas, pero ese rostro, seguía haciendo cosas que ella no podía entender.

“Y si esta persona se recupera su memoria.” se dijo Denis en el interior, “si esta persona está despierta, podrá hablarle del pasado y del futuro.”

Pero ahora, él no se acordaba de nada en absoluto. Cuando ella quería enojarse con él, le miraba con un par de ojos perplejos y le seguía preguntando por qué se enojaba con él.

Cada vez que Denis se sentía enojada, no tenía a dónde y con quién enfadarse, y al final, solo podía dejarse llevar por sus actos sin saber qué hacer.

-Voy a trabajar mañana.-

-Pero…-

-El doctor Alfredo dijo que mi temperatura corporal ya ha vuelto a la normalidad.-

Movió su cuerpo y puso sus pies sobre las rodillas de él en una posición más cómoda. Aunque ella no la notó y siempre lo rechazaba, pero sus acciones lo demostraban todo. Poco a poco, aceptó en su corazón el costumbre de que le calentara los pies todas las noches.

Los hábitos eran muy horribles. Muchas personas habían desarrollado varios hábitos sin saberlo y después de acostumbrarlos, en un año, un mes o un día determinado, podía ser que se acabara de bajar del metro o que estuviera leyendo un libro e incluso haciendo algo insignificante, se sorprendería de repente, ¿desde cuando empezó este hábito?

Pero, al principio, muy pocas personas se daban cuenta de que su vida estaba cambiando de poco a poco por el hábito, que le invadía adentro en silencio.

-Vale.- respondió el hombre vagamente y bajó la cabeza.

Ella solo le dio una mirada sin importancia.

Sus pies estaban tibias, completamente diferente al frío de como siempre.

Esta noche, se durmió muy bien hasta el amanecer. Denis se despertó con buenas energías, completamente diferente al aspecto enfermizo de los días anteriores.

Se puso de pie y, como de costumbre, miró al suelo y descubrió que la persona que solía levantarse temprano cada día todavía estaba acostado.

No le despertó, se levantó y se bajó de la cama saliendo del dormitorio.

En la cocina, hirvió el agua, puso arroz en la olla e hizo gachas. Había estado comiendo fideo por demasiado tiempo, echaba mucho de menos a la sopa de arroz.

Se fue al baño, se lavó y se arregló.

Terminó de arreglar todo y regresó al dormitorio de nuevo, el hombre seguía durmiendo en el suelo.

El sabor de la cocina se extendió gradualmente y se llevó a la mesa del comedor una olla de gacha de arroz.

Pensó que deberá estar ya despierto después de tanto tiempo.

Se volvió involuntariamente hacia el dormitorio.

-Levántate.-

Se quedó de pie al lado del hombre sin ninguna expresión.

El hombre no se movió.

Ella ya contenía emociones complicadas hacia él y, en este momento, le gruñó.

Capítulo 284: ¡Telmo, ven rápidamente! 1

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