Resumo de Capítulo 1420 La mujer malvada – Uma virada em Amor Adictivo de CEO de Internet
Capítulo 1420 La mujer malvada mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Amor Adictivo de CEO, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Romance, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Lorraine se olvidó del dolor debido al intenso pánico que sentía y miró a Zachary con incredulidad. “Zachary, ¿qué quieres decir con esos comentarios aterradores? Estoy embarazada y me pateaste, sin tener en cuenta mi bienestar o el del niño. ¿Podrá ser que…? ¿Estás pensando en… estás pensando en matarme?”.
“Una mujer malvada como tú merece algo peor que la muerte”. La voz fría de Zachary abofeteó a Lorraine en la cara.
Los labios de Lorraine temblaron, pero no pudo decir nada más, como si una mano invisible estuviera estrangulando severamente su garganta.
¡Cof! Una gran bocanada de sangre salió de su boca, tiñendo su vestido blanco de color rojo.
Aunque no sentía dolor ni miedo, su corazón estaba helado.
¡Ella también sabía que merecía algo peor que la muerte!
'Pero… ¿mujer malvada?'.
'¡No esperaba ser etiquetada como una “mujer malvada” en el corazón de Zachary algún día!'.
Mientras fulminaba con la mirada a la miserable mujer, no había ni una pizca de simpatía en los ojos de Zachary, y su voz sonaba fría y despiadada. “Para mí, las personas como tú son como serpientes venenosas, así que tratar de provocarme lástima con esa mirada no funcionará. Guarda tu energía”.
Como si hubiera caído en una cueva glacial, el cuerpo de Lorraine se estremeció y casi usa cada onza de fuerza en cada fibra de su ser para lograr hacer un sonido.
“Mujer malvada, serpiente venenosa…”.
“Jejeje… Zachary, ¿caí tan bajo en tus ojos?”.
“¡Bien! Como el hombre por el que he estado locamente enamorada está tan repugnado conmigo, no tengo nada más por lo que vivir y no tengo últimas palabras. Prefiero morir por tus manos, así que puedes hacerlo ahora mismo…”. Luego cerró los ojos con dolor.
Lágrimas cristalinas corrían por sus mejillas verticalmente, se mezclaban con la sangre alrededor de su boca, rodando por su barbilla y luego cayendo al suelo.
Esta escena era indescriptiblemente desgarradora.
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