Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1423

Las comisuras de los labios de Charlotte se torcieron. “No creo que sea una buena idea”.

“¿Por qué?”. Zachary mantuvo sus ojos sobre ella.

No podía negarlo. Su esposa no solo tenía un rostro extremadamente exquisito, sino que su figura también era elegante y bien proporcionada, más bella que una supermodelo.

La sutil muestra de carne blanca debajo de su falda parecía exudar una fragancia seductora. Su cintura, que tenía el ancho de un papel tamaño A4, era esbelta. Él sintió la necesidad de tenerla en sus brazos. Cruzó sus piernas esbeltas y bien proporcionadas con naturalidad, creando una sombra…

'¡M*ldita sea!'.

Zachary se dio cuenta de que cuanto más fijaba su mirada en el cuerpo de Charlotte, más brillantes ardían las llamas de la pasión dentro de él, a pesar de que siempre se abstenía.

“En Rothesay, un hombre y una mujer solo se pueden considerar marido y mujer después de celebrar una ceremonia de boda adecuada. Sé que registramos nuestro matrimonio, pero la gente hablará mal de nosotros si vivimos juntos sin tener una ceremonia”, respondió Charlotte con calma, bajando la cabeza. No notó la extraña mirada en los ojos de Zachary.

“Te dije esto antes cuando recuperé mis recuerdos. Esta vez, quiero estar contigo, públicamente. Me mudaré contigo una vez que tengamos nuestra ceremonia, así que antes de que eso suceda, no podemos vivir juntos, ¿de acuerdo?”.

“Bien”.

Zachary asintió sin dudarlo.

Charlotte se sorprendió.

Ella sintió un escalofrío en la barbilla. Para cuando entendió la situación, Zachary ya le levantó el rostro, tomándola desprevenida y obligándola a mirarlo a los ojos. Ella jadeó cuando las llamas en sus ojos brillaron sobre ella.

“Zachary…”. Ella llamó su nombre en pánico. Su voz sonaba temblorosa. “¿Qué estás haciendo?”.

“Quiero consumar nuestro matrimonio”, la voz de Zachary era tan caliente como el vapor de agua hirviendo, rozando su mejilla, a centímetros de ella.

En ese momento, la mirada en sus ojos era tan intensa que no podía respirar. Su mirada de por sí ya era excitante.

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