Amor después del matrimonio romance Capítulo 130

Henry detuvo su acción de deshacerse de la corbata antes de volver a hablar indiferentemente: “Tuve una videoconferencia en la oficina. ¿Cómo van tus lecciones de etiqueta?".

"Voy en serio con el aprendizaje". Yvonne agitó sus puños pequeños.

Henry parecía imperturbable. "Bien. Domínalo pronto. Yo subiré primero".

Volvió a coger su bolsa de trabajo y subió las escaleras.

Al mirar su espalda cuando se retiraba, Yvonne pensó que estaba actuando de forma extraña, pero no podía señalar qué era. Sacudiendo la cabeza, no pensó mucho en eso. En cambio, recogió la toalla a su lado para secarse los pies.

Cuando iba a verter el agua, Sue salió corriendo del lavadero como si tuviera ojos en la sala.

“Señora, siéntese. Yo me encargaré de esto". Se hizo cargo del tazón en las manos de Yvonne.

Yvonne estaba divertida. “Sue, solo estoy desechando el agua. No tienes que estar tan asustada".

"Nooo, necesito asegurarme de que no haya accidentes". Sue se rio entre dientes y se fue con el tazón de agua.

Con un suspiro, Yvonne no se quedó en la sala, frotándose la cara y subiendo a la cama.

Trabajaba durante el día y regresaba para hacer unas pocas horas de lecciones de etiqueta.

Estaba agotada tanto mental como físicamente. Con múltiples bostezos y un par de ojos pesados, no quería nada más que caer sobre la cama y dormir bien.

Somnolienta y a punto de quedarse dormida, Yvonne escuchó pasos fuera de la puerta antes de que se abriera, y entró Henry mientras hablaba por teléfono.

Primero se sorprendió cuando vio a Yvonne levantarse adormilada antes de bajar la voz para hablar con la persona en la línea, “Lo sé. Buscaré una oportunidad y se lo haré saber. No te preocupes".

Colgó y se acercó suavemente a la cama. "¿Te desperté?".

"No". Yvonne se frotó los ojos y dijo en voz baja: "Todavía no me había dormido".

"Entonces sigue durmiendo". Henry guardó su teléfono para dirigirse al baño. Estaba solo a dos pasos de su destino cuando Yvonne jaló del dobladillo de su camisa. "Espera".

Henry hizo una pausa y preguntó: "¿Qué es?".

"Henry, ¿puedo pedirte un favor?". Ella lo miró.

Henry entrecerró los ojos y preguntó: "¿Qué favor?".

Tres años después de casados, ella nunca le había pedido nada. Incluso con su familia, ella nunca había hablado de eso con él. Ahora, ella no solo estaba hablando, le estaba suplicando.

¿Con qué se encontró ella?

“No es nada grande. Serás capaz de hacerlo fácilmente pero…”. Yvonne bajó la mirada como si le resultara difícil pronunciar.

Henry apartó su mano de la camisa. "Ya que puedo hacerlo, dímelo".

"Está bien”. Yvonne inhaló profundamente. “Así que, mi amiga Lynette, su padre tuvo un accidente hace unos años y se lastimó gravemente las piernas. Si quiere ponerse de pie de nuevo, necesita un mejor médico, así que...".

"¿Quieres que busque un médico para su padre?". Henry arqueó la ceja.

"Sí". Yvonne asintió, temiendo que él la rechazara, y rápidamente dijo: “Realmente no podemos encontrar ayuda y pensamos en ti. Henry, ayúdanos”.

Yvonne juntó sus manos con una mirada suplicante.

Henry desvió la mirada. "Está bien, enviaré a Shane".

"El Dr. ¿Summers?”. Yvonne se sorprendió.

Henry explicó suavemente: “Shane no es solo el mejor cirujano, también se especializa en ortopedia. Es la mejor persona para eso".

“¿Pero puede resolverlo? ¿No está él también a cargo de la Srta. Conrad?”.

Henry frunció el ceño, obviamente pensado en ello, y cambió de opinión después de unos segundos de reflexión. "Olvídalo. Haré que Joe se contacte con alguien más”.

Yvonne sonrió alegremente. "¡Gracias, Henry!".

"No te preocupes. ¿Hay algo más?”. Henry la miró.

Yvonne sacudió la cabeza. "No".

"Está bien. Me daré una ducha". Henry se desabotonó la camisa y fue al baño.