Amor después del matrimonio romance Capítulo 183

‘Está gravemente herido. ¿Le pasará algo si no lo llevamos al hospital?’.

Mientras Yvonne tenía pensamientos de ansiedad, el teléfono en su bolsillo sonó de repente.

Yvonne reprimió sus preocupaciones y miró a Henry una vez. Ella lo cubrió con la manta, luego sacó el teléfono y se dirigió al balcón.

Era una llamada del Amo y no se atrevía a perder más tiempo. Se puso el teléfono cerca de la oreja de inmediato y respondió a la llamada. “Abuelo”.

“Yvonne, ¿Henry ya está en casa?”. Pronto escuchó la voz amistosa del Amo.

Yvonne respondió: “Sí, está en casa. ¿Quiere hablar con él?”.

“No, está bien. Si no me equivoco, todavía está inconsciente”. El Amo se rio entre dientes. Parecía que no le importaba Henry en absoluto.

Yvonne se apiadó de Henry por dentro. Luego se mordió los labios y preguntó: “Abuelo, ¿me llamaste porque tienes algo de qué hablarme?”.

“Sí. Quiero disculparme contigo”.

“¿Pedirme disculpas?”. Yvonne inclinó la cabeza.

El Amo suspiró. “Por mi nieto ingrato y malo. Me enteré de todo lo que hizo, así que siento que te he hecho daño, Yvonne. No le enseñé bien”.

“No”. Yvonne pronto se puso llorosa. Ella reprimió su deseo de sollozar y dijo de inmediato: “No es su culpa, Abuelo. No tienes que disculparte conmigo”.

“No, todavía tengo que hacer eso. No lo preví y no hice nada para evitar que sucediera. Si hubiera hecho que la mujer de los Conrad dejara a Henry antes, este tipo de cosas podrían no haber sucedido nunca”. Cuando habló sobre eso, él se arrepintió muchísimo.

Yvonne sollozó y se sonó la nariz. “Abuelo, por favor, no se culpe por esto. Ya se terminó…”.

“Sí, se acabó ahora, pero todavía no puedo dejarlo ir. Me entristece pensar en mi bisnieto que murió antes de que naciera”, dijo el Amo con un dolor insoportable.

Yvonne se tocó el vientre inconscientemente. Ella también estaba profundamente afligida.

“Yvonne, he considerado el divorcio seriamente”. El Amo sonó bastante serio de repente cuando sacó el tema.

Yvonne también se puso seria. “Abuelo, ¿apruebas esto?”.

“Sí. Somos nosotros los que te hemos hecho daño. Malgastamos tres años de tu juventud y hasta te causamos muchas heridas. Estoy profundamente avergonzado”. El Amo se cubrió el rostro con una de sus manos y habló con pesar.

Yvonne bajó la cabeza y sollozó, pero no respondió.

El Amo escuchó sus gritos y se sintió aún más culpable. “Yvonne, ¿me culpas? Si no te hubiera escogido al principio y te hubiera hecho casarte con Henry, no habrías tenido que sufrir tan miserablemente”.

“¡No!”. Yvonne sacudió la cabeza de inmediato. “No lo culpo, Abuelo. Esta es mi decisión. Me inscribí para la elección de la novia hace tres años por mi propia voluntad. Además, me permitiste volver a considerarlo cuando me casé con Henry. Así que esto no es culpa suya”.

“Sí, es cierto, pero aún así te hicimos mucho daño”, suspiró el Amo.

Yvonne se frotó los ojos llorosos. “Abuelo, ¿no me culpas?”.

El Amo levantó una ceja. “¿Por qué lo preguntas?”.

“Es porque fui yo quien pidió el divorcio”, respondió suavemente Yvonne.

Aunque no sabía mucho sobre las familias ricas e influyentes, todavía era consciente de algo después de permanecer con los Lancaster durante tres años. Muchos de ellos no podían aceptar el hecho de que una nuera de origen familiar pobre tomara la iniciativa de pedir el divorcio.

Para ellos, no fue más que un desafío y un desprecio. Pensaron que una mujer que provenía de una familia común debería estar agradecida por poder unirse a su familia rica e influyente donde uno podría disfrutar de un estatus más alto. ¿Cómo podía una mujer así ser tan desvergonzada como para pedir el divorcio?

Por eso ella tenía ese tipo de preocupación.

El Amo había experimentado mucho en su vida. Ciertamente entendió muchos significados subyacentes de lo que dijo Yvonne. No pudo evitar reír. “Yvonne, no te preocupes por eso. Aunque no tenemos el precedente del divorcio en nuestra familia ni la nuera pidiendo el divorcio, somos personas razonables. Además, somos nosotros los que te hicimos daño primero”.

Al escuchar eso, Yvonne se sintió aliviada. Ella suspiró suavemente. “Está bien, Abuelo. Gracias por su preocupación durante los últimos tres años. Lamento mucho haber traicionado su confianza y no poder dejarlo ver a su bisnieto”.