Amor después del matrimonio romance Capítulo 203

Yvonne se sintió incómoda. "¿Qué dijo el Jefe Frey?".

"¡Me pidió que te cuidara ya que estás mal de salud, por eso no puedo irme ahora!", dijo Henry mientras se sentaba.

Yvonne lo miró fijamente y se burló: "¿Y quién fue el que causó este lío?".

Henry se sorprendió al escuchar esto e inmediatamente se disculpó: "Lo siento, no volverá a suceder...".

"¿Habrá una próxima vez para nosotros?", dijo Yvonne mientras lo miraba con una expresión triste. “¿Sabes cuán mala es mi salud actualmente? Me enfermo incluso cuando sopla el más mínimo viento, o siento frío en todo el cuerpo en el mejor de los casos. No importa cuánto trate de dormir por la noche, parece que no puedo sentirme lo suficientemente caliente. Para ser honesta, ¡ni siquiera sé cuánto tiempo me queda de vida!".

Cuanto más escuchaba Henry, más le dolía el corazón.

Nunca esperó que ella tuviera tan mala salud.

"Señora, ¿es cierto?". Sue tomó las manos frías de Yvonne y se sintió aún más triste por ella. "Señor, las manos de la Señora están muy frías. Aquí, siéntalas".

Sostuvo las manos de Yvonne frente a Henry.

Pero Yvonne no quería ser tocada por él, por lo que inmediatamente retiró las manos.

Las pupilas de Henry se contrajeron cuando la vio retroceder.

¿Lo despreciaba tanto que ni siquiera lo dejaba tocarla ahora?

"¡Debes volver conmigo, Yvonne!", dijo Henry con firmeza mientras reprimía la incomodidad que sentía en él.

Yvonne respiró hondo y dijo: "Le he dicho muy claramente, Sr. Lancaster, ¡quiero el divorcio! Entonces, ¿qué sentido tiene que te siga ahora? ¿Para ser tratada con frialdad de nuevo? ¿O que le vuelvan a dar mi médula ósea a Jacqueline?”.

Henry se sintió aún más incómodo al escuchar la declaración de Yvonne, pero la mayor parte de la incomodidad era que sentía pena por lo que le había hecho a Yvonne.

"Lo juro, no volverá a suceder nunca", prometió Henry.

Sin embargo, Yvonne lo negó y se rio: "¡En verdad, no te creo!".

"¿Qué tengo que hacer para que me creas entonces?". Henry arqueó una ceja.

Yvonne miró al suelo. "No te creeré, no importa lo que hagas, a menos que hagas que Dominic Conrad obtenga lo que se merece. ¿Puedes hacer eso?".

Henry guardó silencio.

Yvonne volvió a reír burlonamente y dijo: “¿Ves? No puedes hacerlo, así que deja de darme promesas vacías. No puedes darme la seguridad que necesito, entonces, ¿qué sentido tiene que vuelva contigo?".

"Estoy muy seguro de que no podrás recibir el tratamiento que necesitas para recuperarte aquí, así que sígueme y me aseguraré de que te traten bien", dijo Henry mientras señalaba la casa.

Yvonne giró el cuello obstinadamente. "Aun así, no es asunto tuyo".

"¿Qué quieres decir con que no es de mi incumbencia? Lo dijiste tú misma, yo fui el que te causó esto, así que, ¿podrías dejarme responsabilizarme por ello?”.

"¡No necesito tu simpatía!". Yvonne sostuvo su teléfono celular con fuerza y ​​continuó con una voz ronca: “Trataré esto como una lección para mí. Todo esto sucedió porque no pude ver la verdad y puse mi vida en las manos equivocadas".

"¿Qué quieres decir?". Henry inconscientemente dio un paso atrás.

Yvonne se rio fríamente: "¿No lo entiendes? Siempre supe que no me amabas y vivíamos en dos mundos diferentes, sin embargo, fingí ignorancia y seguí amándote con la esperanza de poder ganar tu corazón algún día. Solo puedo culparme por no conocer mi lugar y ser ignorante".

"Señora". Sue no pudo soportarlo más. "¿Cómo puede decir esto sobre usted?".

"¿Me equivoco, Sue?", dijo Yvonne mientras señalaba al pálido Henry: "No he dicho nada equivocado. Todo esto sucedió porque había idealizado demasiado mi situación. Sabiendo que vivíamos en dos mundos muy diferentes, todavía insistí en intentar entrar en el suyo, por lo que aterricé en este lío. ¡Todo esto es culpa mía!".

“¡No señora! ¡No se equivoca, de verdad que no!". Sue sacudió la cabeza.

Yvonne miró al techo para contener las lágrimas. “Todos decían que estaba mal que me casara con él. Poco a poco comencé a aceptar que esto era cierto, e incluso el Sr. Lancaster también lo pensó, ¿verdad?".

Los labios de Henry se tensaron ligeramente en lugar de responder.