Amor después del matrimonio romance Capítulo 207

"Lamento molestarte a esta hora, Shane. Por cierto, estoy bien, es solo que Henry logró encontrarme...".

"Lo sé, ¿ya está ahí?", preguntó Shane.

Yvonne arqueó una ceja con sospecha. “Sí, ha estado aquí desde esta mañana. Eso es extraño, suenas como si ya supieras que me iba a encontrar".

"Por supuesto, yo también firmé sus papeles de alta", se rio Shane.

Yvonne se mordió el labio y dijo: "Es exactamente por eso que te llamo. ¿Su espalda estará bien si está lejos del hospital?".

"Ya veo, estás preocupada por su bienestar", dijo Shane mientras se reía. "No te preocupes, es tan fuerte como un buey, unos latigazos no serán un gran problema. Pero en cuanto a ti...".

"¿Yo?". Yvonne se asustó un poco. "¿Qué hay de mí?".

"Me preocupa tu salud, Yvonne, tu condición es mucho peor que la de Henry. Estará completamente bien una vez que se cure, pero te extrajeron la médula ósea a la fuerza dos veces y te hicieron un aborto. Necesitas hacerte chequeos regulares para estar segura, de lo contrario, cualquier cosa puede sucederte inesperadamente”, explicó Shane. Su sonrisa se desvaneció y se volvió seria mientras hablaba.

El corazón de Yvonne se hundió cuando escuchó su explicación y dijo: "¿Quieres decir... que podría tener leucemia?".

"No está garantizado, pero tus posibilidades son más altas que el promedio, y es por eso que te pido que vengas a mi clínica con regularidad. Henry tenía el mismo objetivo en mente, y por eso ha ido a buscarte, a traerte de regreso a casa", aconsejó Shane.

Yvonne apretó lentamente su agarre y dijo: "Lo pensaré".

"Bien, no te forzaré ya que tienes tus propios planes. Pero espero que dejes de lado temporalmente tus diferencias con Henry y regreses para recibir el tratamiento que necesitas. Hazlo por ti, no por él".

Yvonne sintió calidez por sus palabras y dijo: "Gracias, Shane".

Aunque tanto Shane como Sue la estaban persuadiendo de que se fuera a casa, sus intenciones eran diferentes a las de Sue.

Sue deseaba que ella se reconciliara con Henry, pero a Shane solo le preocupaba su salud.

"De nada, pero debes recordar que siempre habrá personas que se preocupen por

ti, yo, por ejemplo". Shane se ajustó las gafas, y detrás de las gafas había ojos que proyectaban cariño por otra persona.

Fue una pena que nadie pudiera ver su expresión.

Después de la conversación, Yvonne colgó la llamada telefónica y regresó al interior de la casa con una sonrisa en el rostro.

Sue la vio y se sorprendió un poco. “Señora, parece estar de buen humor”.

Sue asintió y respondió: "Tienes razón".

"¿Con quién hablaba hace un rato?", preguntó Sue.

Yvonne agitó su teléfono y respondió sin intentar ocultarlo. "Era Shane".

"El Dr. ¿Summers?”. La expresión de Sue cambió.

"Sí, ¿hay algún problema?". Yvonne la miró perpleja. No pudo entender la expresión de Sue.

"Señora". Sue agarró de repente las manos de Yvonne.

Yvonne se sorprendió por su acción. "¿Sí?".

“Señora, le sugiero que mantenga la distancia con el Dr. Summers. Trate de no contactarlo tanto". Sue le advirtió con seriedad.

Sue no tuvo más remedio que evitar que estuviera cerca del Dr. Summers, no cuando ahora sabía que él sentía algo por ella.

¡Qué pasaría si el Dr. Summers la sedujera!

"¿Pero por qué Sue?". Yvonne todavía no podía entender sus intenciones.

Si fuera Henry, entendería por qué lo haría.

A los hombres les gustaba afirmar su dominio sobre sus cónyuges.

Pero no podía entender por qué Sue le estaba pidiendo que se mantuviera alejada.

"Por supuesto que es porque el Dr. Summers…”.

"No me dejes en suspenso y dímelo". Yvonne empezó a impacientarse.

Sue se agarró del pelo con frustración. "No me creería incluso si se lo dijera".

¿Cómo podía creer que Shane sentía algo por ella cuando ni siquiera podía creer en Henry?

"Probablemente no sea nada importante si dice que no lo creería", se rio Yvonne mientras le daba un codazo en el hombro a Sue.

‘¿Ya se han ido?’.

El corazón de Yvonne se hundió al pensar en eso. De repente se sintió algo vacía y su rostro se puso pálido.

Después de un tiempo, logró ordenar sus pensamientos y se rio con ironía. "Supongo que está bien que se hayan ido...".

Henry nunca debería haber estado allí en primer lugar, este no era el lugar al que pertenecía. Pero ni siquiera le informó a Yvonne que se iba...

Cuanto más pensaba en ello, más amarga se volvía, tal vez incluso un poco enojada. Apretó el puño, pero apretó con demasiada fuerza que las uñas se le clavaron en la carne.

Ella no parecía sentir dolor. Bajó la cabeza para que nadie pudiera ver su expresión y la atmósfera comenzó a volverse pesada.

Sentía que no solo era una hipócrita, sino también una necesitada.

Tenía la esperanza de que Henry se marchara lo antes posible. Incluso trató de ahuyentarlo. Pero ahora que realmente se había ido, se sintió decepcionada.

Si eso no era ser necesitada, ¿qué era?

Clic, clic, clic...

Se oían pasos provenientes de fuera de la casa.

Los ojos de Yvonne se iluminaron al escucharlo, como si hubiera pensado en algo. Rápidamente corrió a abrir la puerta.

Sue vio que Yvonne abría la puerta y la saludó con la mano. "Está despierta señora".

Yvonne asintió inconscientemente. “Sue, ¿cómo estás aquí todavía? Pensé que te habías ido".

"¿Irme?", dijo Sue sorprendida, y le devolvió la sonrisa. “¿Quién te dijo que me iba?".

Ahora fue Yvonne quien se sorprendió.

Así es, nadie le dijo en realidad que se habían ido, era su propia suposición.

Eso significaba que Henry tampoco se había ido.

Se dio cuenta de su propia estupidez y se frotó la nuca con vergüenza. Su rostro se sonrojó cuando dijo: “Sue, ¿dónde está Henry?”.